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Reportaje:

Los grandes bancos trabajan con la hipótesis de la autodisolución de UCD, cuyas deudas alcanzan los 4.000 millones de pesetas

El club de los siete grandes bancos españojes -Banesto, Central, Hispano, Bilbao, Santander, Vizcaya y Popular- trabaja con la hipótesis de la autodisolución de Unión de Centro Democrático en su congreso extraordinario anunciado para mediados de diciembre. La fuerte deuda económica del hasta ahora partido del gobierno, en torno a los 4.000 millones de pesetas, según la síntesis de las numerosas fuentes económicas consultadas por EL PAIS ante la rotunda negativa de los dirigentes de UCD a rendir estas cuentas a la opinión pública y a sus propios militantes, se considera insalvable. El serio descalabro electoral del 28 de octubre último se considera la puntilla definitiva de una agonía iniciada en el congreso del partido de Mallorca, a principios de 1981, de la que forman parte importante los fracasos cosechados en Galicia y Andalucía.Una cualificada fuente bancaria señalaba a este periódico que se cuenta con una operación similar a la producida tras las elecciones de 1977 por la cual el Partido Socialista Obrero Española (PSOE) ahora en el poder, absorbió al Partido Socialista Popular (PSP) de Enrique Tierno, actual alcalde socialista de Madrid Y candidato a la reelección en abril de 1983. "Sólo que en aquella ocasión el PSOE cargó con las deudas del PSP", señala esta fuente informativa, "y nosotros dimos por descontado que la gran mayoría de UCD que se integre en la coalición de Manuel Fraga lo hará abandonando la deudas en manos de los bancos. Si no se afrontan estos pagos, acudiremos a las vías normales que los bancos tienen para hacerlos efectivos.

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UCD solicitó en octubre unos novecientos millones de pesetas en créditos con intereses del llamado tipo preferencial entre el 14% y el 17.5%. Los préstamos fueron suscritos por catorce bancos, según -unos porcentajes fijados por los propios bancos: los siete grandes, más Atlántico (cabecera del grupo Rumasa), Urquijo, March, Pastor, Sabadell, Herrero y Comercial Trastlántico.

UCD, un drama en tres tiempos

La falta de este entendimiento provocó el primer enfrentamiento importante entre los presidentes de los bancos Central y Santander, Alfonso Escámez y Emilio Botín -partidarios a ultranza de la coalición- por un lado y los restantes cinco del club de los siete: José María Aguirre Gonzalo (Banesto), Luis Usera (Hispano), Luis Sánchez Asiaín (Bilbao), Angel Galíndez (Vizcaya) y Luis Valls (Popular). Pero la banca optó por intentar salvar el centro de Landelino Lavilla a toda costa.

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Las cifras sobre los gastos electorales reconocidos a EL PAIS por la actual comisión gestora del partido hasta el próximo congreso extraordinario de diciembre -Iñigo Cavero, Gabriel Cisneros, Rafael Arias Salgado, Juan Antonio Ortega y Antonio Jiménez Blanco- son las siguientes: 931 millones de pesetas invertidos, de los. cuales 811 millones corresponden a créditos bancarios y 120 a "subvenciones del partido". Las distintas partidas del gasto electoral corresponden, según esta fuente centrista, a Organización central, 532 millones de pesetas (de los cuales 450 correspondieron a publicidad, 60,6 millones a acción electoral y 10,2 a gastos diversos), Organización provincial (con la excepción del País Vasco y Cataluña), 311 millones de pesetas; Transferencia a Centristas de Cataluña, 67,2 millones de pesetas; Transferencia a la Coalición AP- UCD-PDL-PDP en el País Vasco, 18,3 millones de pesetas y Efectivos bancarios 2,5 millones de pesetas.

Sin embargo, el coordinador de la campaña publicitaria de UCD, Francisco Loustau, señaló que, "aunque no puedo precisarlos con exactitud porque había algunas partidos que no pasaban por mis manos, como por ejemplo los contratos de creatividad, los mailing (buzoneos), la cartelería y otros, los gastos en publicidad contratada y hecha en Madrid se situaban en tomo a los setecientos millones de pesetas". Diversos técnicos en publicidad electoral sitúan el gasto de UCD en esta materia en torno a los mil millones de pesetas.

Con un margen de error razonable ante la total negativa de los directivos actuales de UCD a facilitar cualquier tipo de información sobre las finanzas del partido, el desglose del gasto publicitario sería el siguiente: 120 millones de pesetas en publicidad en Prensa, 140 millones en emisoras de radio, veinte millones en semanarios, unos trescientos millones en publicidad exterior (vallas, banderolas adosada a las farolas -las primeras cuestan en época electoral un promedio de 35.000 pesetas cada una y las segundas unas 6.500-), sesenta millones de pesetas en creatividad publicitaria, contratos con empresas de publicidad y de distribución y pago a técnicos contratados especialmente, cien millones de pesetas en carteles de pared y una cantidad similar en los dos mailing realizados

El resto corresponde a los carteles electorales para el Senado en todas las provincias, aunque es probable que se hayan computado en el capítulo de gastos provinciales, los cuales superarían notablemente los cuatrocientos millones confesados por UCD, a tenor de que una ciudad media como Cádiz, con ocho diputados elegibles, tuvo un presupuesto de trece millones de pesetas. Esto sin contar los gastos derivados del pago a los centenares miles de personas no militantes del partido que colocaron carteles y a millares de interventores el día de las elecciones.

La cantidad más razonable del gasto electoral de UCD se sitúa entre 1.400 y 1.500 millones de pesetas, cifra muy inferior a los 5.000 millones de pesetas calculados en una ocasión por el dirigente socialista Alfonso Guerra y a los 3.500 citados por dirigentes aliancistas.

Es bastante probable que la diferencia entre el dinero solicitado en préstamos a la banca (novecientos millones largos de pesetas, según fuentes bancarias) y las subvenciones de particulares al partidos (120 millones) se sufragase con el llamado dinero negro procedente fundamentalmente de empresas privadas que tiene en sus manos servicios públicos. Este extremo fue negado rotundamente por UCD.

Unión de Centro Democrático recupera por las subvenciones estatales (45 pesetas por voto en el Congreso, quince por voto en el Senado y un millón por escaño conseguido) una cantidad ligeramente inferior a los cien millones de pesetas. Las deudas crecientes de UCD se sitúan en torno a 4.000 millones de pesetas, según fuentes bancarias solventes. Esa cantidad resulta de sumar los setecientos millones en que estaba cifrada la deuda del partido a principios de 1981, de los cuales cuatrocientos eran de las elecciones de 1977 y hasta entonces no habían sido reclamadas por nadie, más los gastos de las elecciones regionales de Galicia y Andalucía, especialmente estas últimas, y más el déficit resultante de estos comicios. Una parte significativa de la deuda de UCD está basada en los créditos puentes y en las deudas renegociadas con la banca, además de los intereses por las amortizaciones no satisfechas. Se da la circunstancia de que, con excepción de un edificio en la calle de Cedaceros de Madrid, que UCD compró hace unos meses al Banco Exterior de España y algún piso en otras provincias, no tiene patrimonio. Esta cifra dista notablemente de los 7.000 millones de pesetas que le atribuía esta misma semana un boletín confidencial y de los 6.000 millones de pesetas que se han venido barajando en algunas publicaciones.

El secretario de Finanzas de UCD, Rafael García Palencia, rehusó comentar estas cifras y señaló que en ningún caso facilitaría información sobre esta deuda, ya que se había tomado el acuerdo -antes de la convocatoria del congreso extraordinario- de no hacer públicas estas cifras. El propio ex-secretario general del partido y miembros de la gestora Iñigo Cavero corroboró, a través de su jefe de gabinete, este extremo.

PSOE, el 'negocio' electoral

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) confesó la cifra de 1.200 millones de pesetas en gastos de campaña. Coincide absolutamente con el monto de los créditos concedidos por el grupo de bancos, según fuentes bancarias por este periódico.

Para el PSOE, que además es el partido con mayor capacidad de endeudamiento (unos 2.000 millones de pesetas) por tener el mayor patrimonio, estas elecciones han supuesto un "negocio redondo", al menos desde el punto de vista de la tesorería. Las subvenciones electorales devuelven a los socialistas 1.161 millones de pesetas (336 millones por escaños conseguidos, 450 millones por votos conseguidos en el Congreso y 375 por votos conseguidos en el Senado).

Por ser los préstamos a devolver en cinco años -aunque con el compromiso de reintegrar el 40% en los tres meses siguientes a la campaña-, el PSOE ve alejarse totalmente el fantasma de los problemas de tesorería, con lo que este partido que tiene unos trescientos empleados (los sueldos más elevados descontados los miembros de la ejecutivas son de unas 96.000 pesetas netas) y que funciona como una empresa no tendrá el más mínimo problema en trasladar su sede central en Madrid de la calle de Santa Engracia, número 165, a la de Ferraz, números 68 y 70, en la primera de cuyas fincas nació el fundador del partido, Pablo Iglesias, ni en buscarle un mejor acomodo a la fundación del mismo nombre, cuyos fondos se amontonan desordenamente en dos pisos de la calle de Montesquinza de Madrid.

La dirección del PSOE no ha decidido aún qué hacer con los cinco pisos de Santa Engracia que dejará vacanite el traslado, que junto con lo citado, las numerosas Casas del Pueblo repartidas por toda España y la escuela de formación de cuadros del partido Jaime de Vera (en Galapagar, cerca de Madrid), constituyen lo principal del patrimonio socialista.

El esfuerzo solicitado a los 107.000 militantes que dice tener el partido de pagar una cuota especial de 2.000 pesetas, seguido hasta la fecha por una cuarta parte aproximadamente y la subvención estatal a los grupos parlamentarios socialista en el Congreso y en Senado que al disponer ahora de 336 miembros, garantiza no solo el normal funcionamiento de los mismos, sino un fuerte que permite mantener el aparato central del partido y maiitener sin problemas el fuerte gasto causado por el semanario El Socialista, órgano oficial del partido. Los resultados igualmente mayoritarios de Andalucía abundan en esta tesis. Un destacado dirigente de uno de los principales bancos del país corroboró esta apreciación de los responsables financieros del PSOE.

El desglose de los 1.200 millones de pesetas confesados por el

PSOE como gastos de campaña electoral se hace así: Progaganda (vallas, banderolas, carteles, medios de comunicación, mailings, etcétera), 680 millones; actos en provicias -incluida la caravana electoral-, 278 millones; gastos del Día D (fiesta del 28 de octubre y mesas electorales), 13,4 millones; coordinación y cuartel general de campaña, 4,3 millones y el resto en gastos de administración, seguimiento, movilización y asesoría.

Fuentes de AP y de UCD coincidieron en señalar que era imposible que los gastos no sobrepasaran los 1.200 millones de pesetas, toda vez que, manifestaron, "es con diferencia la campaña más cara", extremo negado por los responsables de la finanzas del PSOE.

AP, la campaña más potente

Los responsables de la tesorería de Alianza Popular señalaron que el partido había invertido en la campaña 1.800 millones de pesetas. "En principio se habían presupuestos 1.300 millones, pero los costos se dispararon en quinientos más", señala Luis Gerardo López Delgado, de la citada Tesorería, quien asegura que sus datos se verán avalados por la auditoría que el partido le ha encargado a la empresa Price Waterhouse.

Según López Delgado, de los 1.800 millones de pesetas, 450 ptovienen de préstamos bancarios y el resto -setecientos en Madrid y 650 en el resto del país- fueron donados por militantes y simpatizantes. Apoya esta información en su pequeño despacho de la calle de Silva 23 enseñando al periodista una carpeta repleta de cartas aún sin firmar por Fraga, agradeciendo las donaciones. "Hay más de trescientas", afirma. "Algunos han hecho aportaciones demás de diez raillones de pesetas. Cuando nos enfrentamos a la campaña de octubre teníamos en caja solamente veinticico mifiones de pesetas".

EL PAIS ha podido confirmar en fuentes bancarias, no obstante, que los créditos concedidos a la coalición encabezada por Alianza Popular por quince bancos, entre ellos los siete grandes, superan la cifra de 1.200 millones de pesetas, cifra lejana a los 450 millones confesados. La coalición derechista recupera de la ayuda estatal unos quinientos millones de pesetas.

Los gastos electorales que dice haber tenido el partido de Fraga son: trescientos millones de pesetas en vallas, 120 millones de pesetas en banderolas y carteles, setenta millones de pesetas entre programas de mano y folletos, 120 millones de pesetas en buzoneo y el resto en publicidad en Prensa y radio.

PCE y CDS, dos economías austeras

Varios técnicos publicitarios consultados manifestaron que, en cuanto a publicidad se refiere, la campaña más potente ha sido la de Alianza Popular. Ello sin contar con el apoyo propagandístico de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), especialmente sus ramas madrileña y catalana, que, aunque institucional, tenía una subliminal intención de voto hacia el partido de Fraga, como ya la tuviera en las elecciones andaluzas. Expertos en publicidad calculan en unos 250 millones de pesetas el desembolso económico de las organizaciones empresariales.

El Partido Comunista de España invirtió en la campaña electoral, según propia información, 465 millones. de pesetas. De este dinero, 150 millones correspondieron al capítulo de campaña y ayuda; cuarenta millones a lo recaudado por la venta de bonos electorales y el resto -275 millones de pesetas- a créditos bancarios. Esta cifra coincide con la recogida en fuentes bancarias. Doscientos millones de pesetas -cien y cien, respectivamente- fueron prestados por los bancos Popular y Bilbao, a tres años y con intereses del 17.5% y 18% (intereses más alto de lo habitual) y 75 millones por el Central, a un año y con un interés del 15% (también alto para el periodo de amortización, por tratarse de créditos preferenciales).

El PCE recupera como subvención unos cincuenta millones de pesetas. Su economía a partir de ahora y hasta el comienzo de la campaña electoral para las municipales de abril de 1983 será terriblemente austera, aunque (como en el caso del PSOE) su fama de "buen pagador" puede pesar a su favor, con independencia de la nueva situación política derivada de la nueva recomposición de fuerza en el Parlamento. Los comunistas esperan recuperarse con las aportaciones, de su 160.000 militantes -según propia estimación- a los que se pedirá un esfuerzo adicional, con la venta de bonos iniciada con la campaña, con las fiestas del partido y con las subvenciones.

"Hay que tener en cuenta que la economía del partido es modesta y por tanto muy estable. Nosotros teníamos marcado el listón en quince diputados y un millón y medio de votos, con lo que la recuperación por subvenciones estatales hubiese sido de cien millones. Es decir, hubiesemos perdido casi cuatrocientos. El PCE es un partido muy disciplinado en esta materia. La angustia económina no durará más de seis meses", señaló un miembro de la ejecutiva.

El bautismo electoral y económico del Centro Democrático Social (CDS) tampoco pudo ser más negativo. De los 520 millones invertidos en la campaña -según propia estimación- solo se recuperarán unos 35. El partido de Adolfo Suárez, que había nacido con un capital de cien millones de pesetas, procedentes de aportaciones personales de los fundadores -una cantidad apreciable fue aportaca por Suárez y su entourage económico- vive ahora una situación precaria similar a la del PCE.

La expectativa del partido nacido en torno al duque de Suárez era la de conseguir al menos quince diputados y una subvención del orden de los 150 millones de pesetas. La solución prevista en la sede del partido -un recoleto edicicio de principios de siglo en la madrileña calle de Sagasta- es la de solicitar los créditos puente suficientes y los créditos personales posibles, además de las subvenciones de simpatizantes que se consigan. para llegar a las elecciones municipales en condiciones de presentarse en aquellas ciudades en las cuales sea posible obtener resultados rentables. No se descarta que Suárez se presente como candidato a la alcaldía de Madrid.

Es significativo resaltar la lista de bancos que prestaron su apoyo -en forma de créditos- a Suárez. Bancos de Bilbao, Banesto, Central, Vizcaya, Hispano bancos del grupo Rumasa y Zaragozano. Las Cajas de Ahorro, Banco Central y Santander negaron en todo momento cualquier tipo de crédito. El CDS no se dirigió al banco Popular. Los vencimientos concedidos son entre uno y cinco años.

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