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Resuelta una querella de Esther Tusquets y Ana María Matute contra Rosa Regás

Dos libros infantiles son el motivo de la disputa

El titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Barcelona ha dictado un auto ordenando el sobreseimiento provisional de las acciones iniciadas en base a la querella criminal presentada contra Rosa Regás y la editorial La Gaya Ciencia por parte de Editorial Lumen y la escritora Ana María Matute. La citada querella fue presentada el pasado 14 de junio, y en ella se acusaba a Rosa Regás de un delito de defraudación por la supuesta apropiación indebida de los derechos de autor de dos libros de Ana María Matute publicados en la colección Moby Dick.Estos dos títulos eran Paulino y Camavalito. El escrito de querella solicitaba la prisión incondicional, o la libertad bajo fianza, de Rosa Regás, a la que también fuera del procedimiento, se le pedía una indemnización de un millón de pesetas. La existencia de la querella sorprendió a los medios editoriales catalanes, al tratarse de dos editoriales con planteamientos comunes y regidas ambas por mujeres que , aparentemente, mantenían, a nivel personal y editorial, unas relaciones excelentes.

La disputa tiene sus orígenes en 1972, cuando Rosa Regás y Esther Tusquets deciden editar conjuntamente varios títulos en la colección Moby Dick. Esta colección, en contra de lo a firmado por Esther Tusquets, fue creada en 1971 por Rosa Regás, y registrada a título personal, por cuanto La Gaya Ciencia no tenía aún personalidad como sociedad anónima. La editorial Lumen aportó entonces tres títulos a la colección, cifra que después se incrementaría hasta llegar a 13 a lo largo de los seis años siguientes, frente a los 130 títulos que aportaba La Gaya Ciencia. En 1979, ambas editoriales decidieron poner fin a su política de colaboración. Lumen retiró de la colección cinco títulos de Las aventuras de Oscar porque pensaba editarlos por su cuenta. Paralelamente dejó que La Gaya Ciencia y Ana María Matute negociaran la continuidad de los títulos de esta escritora en la colección. Rosa Regás envió un contrato a Ana María Matute y el asunto quedó así aparentemente zanjado. Luego vino la querella en los términos antes citados.

Rosa Regás, en la actualidad de viaje por el extranjero, manifestó ayer a este diario su estupor por la presentación de la querella y su disgusto por el modo en que ha sido filtrada y tratada en los medios de comunicación. "Si Esther Tusquets me hubiera dicho -ha manifestado Rosa Regás- que los libros de Ana María Matute no podían seguir en la colección que yo dirijo, tal como dijo de los de Carmen Kurtz, yo los hubiera sustituido por otros". Para Rosa Regás, ésta es una conducta que más parece responder a un "impulso visceral femenino que a una sólida ideología feminista".

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