_
_
_
_
_

Un niño de dos años muerto y 34 heridos en el atentado contra la sinagoga de Roma

Juan Arias

Eran exactamente las 11.55 horas de ayer cuando un grupo de seis personas armadas empezó a disparar y lanzar granadas de mano contra la gente que salía en aquel momento de la sinagoga de Roma, a las orillas del Tíber, no lejos del Vaticano. El balance, aún no definitivo, de este horrible atentado es de un niño de dos años, Stefano Tache, muerto; un hermano de éste, agonizante, y 34 heridos, muchos de ellos muy graves.

Entre los heridos figuran varios muchachos de diez a catorce años, ya que en la sinagoga acababa de celebrarse una fiesta judía similar a la primera comunión católica.Los terroristas lanzaron desde dos coches cinco bombas de mano, de las cuales una no explosionó, y dispararon centenares de balas con armas automáticas, desapareciendo después como por encanto, a pesar de las medidas de seguridad que en los últimos tiempos se habían adoptado en torno a la sinagoga de Roma. Parece ser que uno de los terroristas se acercó a la policía de vigilancia para pedir información y que un agente llegó a pedirle su documentación.

Inmediatamente después del atentado, la gente del barrio judío se presentó en masa ante la sinagoga. La cólera de la comunidad hebrea se tradujo en una manifestación que, a los gritos de "viva Beguin", intentó llegar ante la sede de la Presidencia de la República. La tensión era tal, que el gran rabino de Roma pidió al jefe del Estado, Sandro Pertini, que no acudiese, como era su intención, al lugar de la tragedia.

La indignación en la ciudad y en toda Italia ha sido enorme, y la condena del horrible crimen, como lo han calificado desde el presidente Pertini hasta el representante en Italia de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Nemer Hammad, ha sido unánime y durísima. La representación palestina ha manifestado en seguida su total solidaridad con las víctimas y sus familiares y ha pedido que "se descubran cuanto antes los autores del criminal atentado".

En el lugar del atentado se presentaron en seguida el presidente del Gobierno, Giovanni Spadolini, y diversos líderes políticos. Un grupo de gente aplaudió al secretario general del Partido Socialdemócrata, Pietro Longo, porque había sido el único líder político que hace unas semanas se negó a recibir a Arafat durante su visita a Roma.

El atentado presenta todas las características de los últimos perpetrados en diversas capitales europeas. Sin embargo, en el de Roma no se excluye que haya podido tratarse de una acción antisemita para aumentar la estrategia de la tensión en Italia, precisamente en el momento en que el terrorismo de extrema derecha está recibiendo estos días duros golpes, con decenas de detenciones en todo el país. Ayer mismo tuvo que dimitir un subsecretario democristiano del Ministerio de Gracia y Justicia, el senador Domenico Lombardi, porque su hijo ha sido detenido acusado de estar involucrado en el terrorismo negro.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_