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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Fútbol y ultras

Vivo en el paseo de La Habana, justo frente a una cafetería conocida en nuestro barrio como centro de reunión de jóvenes extremistas. La noche del 29 dejunio, estaba yo en la terraza de mi casa viendo la salida del partido que acababan de disputar en el estadio Santiago Bernabéu las selecciones nacionales de Alemania e Inglaterra, cuando presencié un vergonzoso espectáculo que me produjo una terrible tristeza: un grupo de exaltados, a los gritos de "¡Gibraltar español" y "¡Malvinas argentinas!", incitaban a la pelea a todos los ingleses que en ese momento salían pacíficamente de presenciar el encuentro. Mi indignación llegó al límite cuando vi que esos individuos extendían en el centro de la calzada una bandera del Reino Unido e intentaban que los coches que pasaban circularan sobre ella. El conductor de uno de estos coches detuvo su marcha y descendió con la pretensión de retirar la bandera. En ese momento salieron varios jóvenes corriendo hacia él, por lo que éste optó por subir de nuevo al coche y seguir su marcha, que pronto tuvo que detener de nuevo ante un sémaforo en rojo, momento que aprovecharon varios de estos jóvenes para, abalanzándose sobre el coche, golpear repetidamente y con asombrosa contundencia (¿quizá con cadenas?) los cristales y la carrocería. Cuando el coche reinició su marcha, uno de ellos golpeó al conductor.Ante el terrible panorama que se podía esperar, telefoneé al 091, sin conseguir que respondieran tras mucho insistir. Inmediatamente lo hice al 092 (Policía Municipal), donde se me contestó que no había por qué preocuparse, ya que el servicio estaba cubierto.

Al salir de nuevo a la terraza observé que, efectivamente, llegaba un coche de la Policía Municipal, ante cuya presencia el grupo de camorristas se había esfumado. El coche de la policía ni se detuvo.

Momentos después, vi cómo de nuevo se rehacía el grupo y escupían en la bandera, la rociaban con un líquido (supongo que gasolina) y la prendían fuego.

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Cuando hoy he sabido por los medios de comunicación que tres súbditos británicos habían sido apuñalados ayer y que se ignora cuáles hayan podido ser los autores, he recordado el espectáculo que presencié yo misma anoche y me pregunto aún: ¿No debería buscar también la Policía esas pistas a las puertas de algunas cafeterías?/

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