_
_
_
_
_
El proceso por la rebelión militar del 23 de febrero

El abogado de Cortina intenta reconstruir todos los pasos de su defendido previos al 23 de febrero

La sesión de la tarde se inició con la intervención del defensor del teniente coronel Pedro Mas Oliver, quien solicitó la lectura de la conclusión séptima de su escrito de conclusiones provisionales, en la que se pedía que el Ministerio del Interior, la Policía Nacional y la Guardia Civil informaran sobre el número de atentados, crímenes, asesinatos, atracos, huelgas, secuestros y número de obreros en paro y empresas cerradas desde diciembre de 1975 al 1 de enero de 1981. Como dicha prueba fuera negada, pidió que se leyera el auto por el que se denegaba la práctica de esta prueba.

Más información
El agente secreto
La justicia militar inicia acciones contra Alfonso Guerra, presidente del Grupo Parlamentario Socialista
El abogado de Tejero trata de probar la implicación de miembros del CESID en el intento de golpe de Estado
Las condenas que dicte el tribunal del 23-F deberán ser cumplidas en penitenciarias militares

Luego se leyó el informe del teniente general Gabeiras Montero, hecho público el 20 de noviembre de 1981, en el que se afirma que en el desarrollo de los acontecimientos del 23-F había quedado demostrado el alto grado de disciplina de los ejércitos a las órdenes del Rey y del Jefe del Estado Mayor del Ejército.A petición del abogado del comandante Cortina, Rogelio García, se dió lectura a la declaración indagatoria de su defendido, en la que éste señala que conocía al teniente coronel Mas desde hace muchos años, pero que no lo había visto desde hacía tiempo. Indica el procesado que al conocer la ocupación del Congreso, se trasladó al despacho de su jefe, el coronel Narciso Carreras, en el CESID, y sólo salió de allí para visitar a la familia del ministro de Defensa. Según su testimonio, regresó inmediatamente después al CESID, donde permaneció hasta la rendición de Tejero en la mañana del 24 de febrero. Cortina afirma en su declaración que en la tarde del 23F, el coronel Narciso Carreras le ordenó que enviara hombres al Congreso para. que le informaran de lo que allí sucedía, pero que no podía citar los nombres que envió a la cámara baja por razones del servicio.

En la declaración del comandante David Cervera Estévez, Jefe del Estado Mayor de la Policía Nacional, que se leyó luego, éste manifiesta que se imaginó que Tejero iba a tomar el Congreso por la mañana, ya que se había comentado que la hora de entrada iba a ser a las 11.30 horas.

A petición de su defensor, se dio luego lectura a. la relación de cursos realizados por el comandante Cortina y, en especial, el dedicado al servicio de Estado Mayor, que desarrolló entre los años 1975 y 1978, en el que obtuvo la calificación de "muy bueno". También se leyó el testimonio del padre del comandante Cortina, quien afirma que no había tenido ninguna relación con Tejero, al que, afirma, solo conocía por la Prensa. Precisa, asimismo, que a las cuatro de la tarde del 21 de febrero se trasladó con su esposa y su hijo al apartamento de El Escorial y que el comandante regresó a Madrid al día siguiente por la noche.

El salón que, describió Tejero

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En su declaración ante el juez instructor, el padre del comandante Cortina, al referirse a la descripción hecha del salón comedor de su domicilio en el Parque de las Avenidas, donde, de acuerdo con las conclusiones del fiscal, en la madrugada del 21 de febrero se celebró una reunión entre su hijo, el capitán Gómez Iglesias y Tejero, el testigo afirma que aquel es más o menos como lo describió éste último. Declara también que la noche del 19 al 20 de febrero la pasó con su mujer en su piso de la calle Biarritz (donde según el fiscal se celebró la reunión), pero negó que saliera a saludar a su hijo cuando llegó con unos amigos, como declaró Tejero.

Dentro del plan de defensa montado por el abogado del comandante Cortina, Rogelio García, se pidió la lectura de la declaración del testigo Fernando Cadarso Preciado, amigo del procesado, quien indica que el 20 de febrero cenó con éste en el restaurante del "Vips" de la calle Velázquez, y allí acordaron que se verían al día siguiente en El Escorial para hablar sobre una explotación de caballos que el comandante quería poner en marcha. Añade que el día 21 de febrero ambos visitaron una finca perteneciente a la madre del procesado y luego cenaron en un restaurante, en el que permanecieron desde las nueve hasta las doce de la noche, sin que en todo el tiempo que estuvieron juntos se entrevistara el comandante Cortina con nadie más.

En la misma línea de estrategia, la defensa del comandante Cortina pidió la lectura de la declaración del teniente de navío Antonio López Roland, quien testimonia que en la tarde del día 20 de febrero se reunió durante varias horas con el procesado para tratar cuestiones relacionadas con el CESID, al que ambos pertenecen. Ligada a esta declaración se leyó también la del capitán del CESID Francisco García Almenta, quien afirma que la reunión que habitualmente celebraba el organismo cada viernes, se prolongó el día 20 hasta más allá de las diez de la noche. El declarante afirma que en la misma se habló de un asunto de selección de personal para un curso que iba a celebrarse. Dice que no puede revelar el lugar donde se celebró la reunión, pero que estima que desde allí hasta el "Vips" de la calle Velázquez se tarda media hora.

El capitán García Almenta manifiesta que el 21 de febrero, llamó a Cortina a El Escorial para darle novedades relativas al servicio. En lo que hace a los sucesos del 23-F, el testigo indica que la información relativa a los mismos fue obtenida por personal del CESID que se había desplegado por Madrid y que, dentro de este servicio se incluía la presencia de varios miembros del organismo en el Congreso. Asegura García Almenta que no conocía a Tejero y que el capitán Iglesias, que está procesado, no estuvo el 23-F en el Congreso, sino en el centro de operaciones de su unidad.

Otro miembro del CESID, el sargento de la Guardia Civil Miguel Sales Maroto, cuya declaración se leyó luego, niega que ningún miembro del organismo tuviera la orden de guiar a los guardias civiles que asaltaron el Congreso, que procedían de Valdemoro.

El abogado García de Villalonga concluyó su turno de intervenciones afirmando que no iba a pedir la lectura de ninguna otra diligencia sumarial, pero solicitó que, no obstante, a efectos de su defensa, se tuvieran en cuenta las declaraciones de Tejero y el teniente coronel Quintero, ya leídas en anteriores sesiones.

La ocupación de RTVE

Se dió luego lectura a la declaración del director de Televisión Española, Miguel Angel Toledano Vázquez, quien recuerda que a las 19.45 horas del 23+ estaba en el control central, cuando llegó el capitán Merlo y pidió una televisión portátil para ver lo que estaban emitiendo. El testigo afirma que le dijo que únicamente podía ofrecerle un receptor conectado a la red y que el capitán permaneció en el edificio hasta que recibió la orden de sus superiores de abandonar el lugar.

Eduardo Sotillos, entonces director de Radio Nacional, afirma en su declaración, leida luego, que siguió los acontecimientos del Congreso a través de un monitor de televisión. Indica que en Radio Nacional entraron un sargento y varios soldados, que pidieron que se emitieran marchas militares, pero que en ningún momento hubo situaciones violentas. Precisó que sabía que existió un manifiesto de apoyo a Tejero para ser emitido por Radio Nacional, a través de La Voz de Madrid, pero que, pese a estar grabado, el mismo no se emitió por orden de Castedo.

Se procedió luego a la lectura de aspectos de la declaración de Pardo Santallana, ya leida, en la que éste afirma que no se acordaba si el capitán Batista le había dado alguna misión. Dice que lo que Batista le dijo era que conocía a Alvarez del Castillo, de la emisora La Voz de Madrid, y por ello se ofreció a abrir camino en la. misma. Considera irrelevante este ofrecimiento del capitán Batista, al que considera un hombre leal.

También se leyó la declaración del capitán Tamarit Navas, de la División Acorazada, en la que afirma que el general Juste le había dicho en un determinado momento que en las declaraciones que se hicieran ante el juez instructor no se citara nada que no fuera importante. Es en base a ese comentario que el declarante afirma que no mencionó ante el juez instructor lo sucedido en La Voz de Madrid. Asegura luego que por parte de Batista no hubo iniciativa para ocupar la emisora, ya que no llevaba armas, aunque sí los quince soldados que le acompañaban.

Políticos vigilados

A petición del defensor del capitán Acera Martín se leyó el resumen hecho por el juez instructor sobre la actuación de este encausado, donde se indica que entró en el Congreso y el coronel Catalán le ordenó que regresara, a lo que respondió que no sabía en qué autobús había llegado ni qué guardias habían ido con él, por lo que no regresó. También dijo que en el transcurso de la operación llegó a pensar que el director general de la Guardia Civil, general Aramburu, estaba implicado, y que la mayor parte del tiempo que estuvo en el Congreso permaneció en el botiquín.

Resumen del instructor

Después se leyó el resumen del instructor sobre la actuación del teniente Alonso Arnáiz, según la cual éste recibió la orden del. capitán Muñecas de ir al Congreso, y montó el servicio de vigilancia, a petición del mi sino capitán, de Felipe González, Alfonso Guerra, Santiago Carrillo, Agustín Rodríguez Sahagún y el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado. También se leyó el auto de procesamiento de estos oficiales, en el que se señala que Tejero, por orden de Milans y con la colaboración de Armada, había ocupado el Congreso de los Diputados, afirmando que tenía el respaldo del Rey.

A petición del defensor del capitán Batista González fue leída la declaración del teniente José Luis Pulido Vicente, del Regimiento Mixto de Ingenieros de la División Acorazada Brunete, que participó en la primera ocupación de Radio Popular, y que volvió a su acuartelamiento a las nueve de la noche. Después se leyó la declaración del director de esta emisora, Valentín Sebastián Pardo, quien manifestó que los ocupantes le prohibieron usar el teléfono y la propia emisora, salvo para emitir música militar o de otro tipo. Cuando le preguntó con quién estaba al teniente que mandaba la fuerza ocupante, éste respondió que con las leyes, y precisó que se refería a la Constitución, cuando el director le volvió a preguntar qué entendía por las leyes.

Declaración de Fernando Castedo

Después se leyó la declaración de Fernando Castedo, director general de RTVE en el 23-F, quien dijo que minutos antes de la llegada de las tropas a las instalaciones del ente, su secretaria le comunicó que había recibido una llamada telefónica anunciando la llegada de la fuerza. Primero entró en su despacho un sargento, que le indicó que tenía orden de que se emitiera música militar por Radio Nacional, y la programación normal por TVE, excepto informativos. El sargento le pidió un transistor para comprobar que se estaban cumpliendo estas instrucciones.

Más tarde se hizo cargo de la situación un capitán. Cuando Castedo llamó por teléfono a Sabino Fernández Campo, secretario de la Casa del Rey, éste le dijo que ignoraban la presencia de fuerzas militares en Prado del Rey, y pidió hablar con el capitán, quién respondió que sólo obedecía órdenes de sus superiores. Fernández Campo pidió que fuera a la Zarzuela un equipo de grabación, para emitir una nota. Las fuerzas se retiraron después de hablar el capitán que las mandaba con su coronel.

El comunicado en La Voz de Madrid

El relator leyó más tarde la declaración de Natividad Coterón, técnica de sonido de la emisora La Voz de Madrid, quien dijo que sobre las 19.30 horas llegó a las instalaciones el capitán Batista, y que éste no ejerció presión sobre la programación ni impuso que se emitiera comunicado alguno (al parecer el escrito de Tejero).

José Molinuevo Castibeira, también técnico de La Voz de Madrid, declaró por su parte que el capitán Batista volvió a la emisora a las 00.45 horas. El capitán entró en el control, acompañado por el directivo de la emisora Enrique Alvarez del Castillo. Precisó que Batista no ejerció ningún control sobre la programación, y que oyó hablar al capitán sobre un comunicado, -que fue el pasado a máquina en la propia emisora.

Alvarez del Castillo declaró por su parte que el personal de la emisora tuvo libertad de movimientos, que Batista no controló las instalaciones y que los soldados estuvieron merodeando por ellas. A las cuatro de la mañana llegó a la emisora el capitán Dusmet, que entregó un papel a Batista. Añadió que, aunque no le dijeron que se leyera, él lo entregó al locutor, quien pidió una orden por escrito para leerlo.

Felicitación al personal

Álvarez le dijo, para ganar tiempo y evitar su emisión, que seria conveniente leer el comunicado en Radio Nacional. Llamó al control central, donde quedó grabado el programa, sin que se sepa qué se hizo con la grabación. A continuación, el capitán Dusmet se marchó de la emisora. El directivo precisó también que el personal de La Voz de Madrid fue felicitado por evitar la trasmisión del mensaje.

A continuación, a las 17.55 horas de ayer, se leyó el auto de procesamiento del capitán Batista, después de lo cual el presidente del Tribunal levantó la sesión hasta la mañana de hoy, viernes.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_