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Carmen Riera: "Yo me sé la receta para un 'best-seller' de mujeres"

Se presentó su novela 'Una primavera para Domenico Guarini'

"Yo me sé la receta para un best-seller de mujeres" dice la novelista catalana Carmen Riera, que ayer presentó su libro Una primavera para Domenico Guarini. "Puede ser, por ejemplo el diario de una escritora, hecho con un poco de feminismo pero no mucho, algo de sentimentalismo, un punto erótico, pero muy leve, algunas relaciones confusas, porque lo del aborto ya está un poco pasado, y un lenguaje sencillito, muy denotativo". Con estos ingredientes, dice Carmen Riera, "se puede garantizar la venta de muchos miles de ejemplares".

La novela de Carmen Riera, publicada por la editorial Montesinos, no sigue esa receta. Según Soledad Ortega, que no pudo presentarla ayer por cuestiones de salud, el gran acierto de Una primavera para Domenico Guarini está en "haber hecho un relato en dos planos, que muchas veces son tres, y haber conservado ese intimismo que caracteriza la escritura de Carmen Riera, y que a mi me recuerda, aunque la estructura del libro sea distinta, a las novelas de Virginia Wolf"."Escibir este libro", dice Carmen Riera, "ha sido aceptar un reto. Primero, el de una novela, que siempre es algo más largo y complejo que lo que había hecho hasta ahora. Y luego, el de enfrentarme con un lenguaje que yo quería que fuera múltiple: he intentado que la historia corriera por distintos registros, desde el lenguaje periodístico de las crónicas que la protagonista envía desde Florencia, a un lenguaje lírico en sus recuerdos, otro barroco en determinados momentos y por fin, otro nivel académico en algún discurso".

Frente a la novela de Carmen Riera se plantean dos tipos de problemas: uno de ellos, el de la existencia de una literatura femenina, surge de su adscripción a lo que se viene llamando la nueva literatura de mujeres y ha dado lugar al coloquio celebrado ayer en la Universidad Complutense, en el que bajo el lema literatura de mujer, ¿un lenguaje prestado? han intervenido Fanny Rubio, Ester Benítez, Luisa Cotoner -que ha traducido la novela al castellano- Andrés Amorás y la propia Carmen Riera.

El segundo es el de la traducción y sus efectos dado el bilinguismo'culto en las dos lenguas, de la escritora catalana. Según Soledad Ortega, ésta es "la primera traducción feliz de la prosa de Carmen Riera", pero a la novelista le produce "antes que nada, perplejidad" leerse en castellano. "Es entrar en algo que puede resultar muy desconocido, aunque al final, en la oscuridad de otra lengua, suena a propio. Es como cuando una lee cosas suyas de hace muchos años".

"Al adecuar un tema de un lenguaje a otro no queda más remedio que contarlo de otra manera. Si el texto es tuyo puedes hacer cambios y hasta incorporar elementos nuevos que no estaban en el original, en mi caso catalán. Prefiero el catalán porque es mi primera lengua, pero también porque el castellano tamb está más hecho. Qué se puede decir después de Quevedo y Borges. El catalán tiene más posibilidades de creación a niveles lingúísticos porque está menos trabajada".

Ambigüedad y evidencia

El tema del lenguaje es el que más preocupa a Carmen Riera. Por ahí, por la falta de una investigación lingüística, formal y textual es por donde ella critica la llamada novela de mujeres. "Hay una escritura de mujer que es más el intento de hacer una narración de lo que nos sucede, que el de construir un mundo autónomo... Yo creo que la literatura es otra cosa. Supongo que por razones bastante evidentes, la mujer cuenta las cosas cargándolas de elementos muy cercanos. Ha tenido también que imaginar, porque lo que veía era bastante mezquino, pero yo diría que históricamente, ha fantaseado más que imaginado. Es curioso que, después de las primeras autoras de ciencia-ficción, no hay mujeres que cultiven este género... También supongo que por las mismas razones, las mujeres tienden a contar la propia historia. Yo no. Yo paso".Encuentra Carmen Riera que las escritoras de la generación anterior a la suya están demasiado olvidadas. "Nadie lee a Carmen Lafaret, a Ana María Matute, y yo creo que tienen cosas que decir. Creo que hay que aprender de ellas. A la única que se lee es a Martín Gaite. A mí, Ana María Matute me interesa mucho".

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