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Corredor-Matheos analiza la sociología del juguete catalán

La joguina a Catalunya (El juguete en Cataluña) es el título de un libro de reciente aparición, obra de Josep Corredor-Matheos y editado por Ediciones-62, que recoge la elaboración artesanal del juguete propia de las épocas previas a la revolución industrial, hasta llegar a los más sofisticados juguetes contemporáneos, movidos a distancia. La edición de Corredor-Matheos aborda el tema desde una perspectiva sociológica, con capítulos dedicados a los juguetes bélicos, los efectos de la propaganda televisiva sobre el niño y las principales colecciones de juguetería.En la obra se muestran muñecas de todas las épocas, desde las peponas de trapo a las de porcelana, los soldados en miniatura construidos en materiales diversos, los móviles de cuerda y a pilas, los recortables, las construcciones, las peonzas y los trompos, y cuanto llenó de ilusión los ojos de miles de niños pasados y presentes, ordenado en forma tal que ofrece una clara panorámica de la evolución de los deseos, las costumbres y las formas de vida cotidiana.

El libro trata también de las exposiciones de juguetes que tuvieron lugar en 1914 y 1929, así como de las actuales ferias, ciñéndose siempre a Cataluña y, en algunos casos, a Valencia, donde existe una larga tradición en la construcción de todo tipo de juegos.

No se trata, sin embargo, de un mero catálogo para el recuerdo, aunque pueda cumplir también esta función, ya que el autor reflexiona constantemente sobre el papel social y la forma del juguete. Desde las cuestiones relacionadas con la posible función pedagógica o lúdica del juego, hasta las que afectan a las variaciones en el diseño , incardinadas en la historia concreta.

La exposición del Museo Marés, titulada Barcelona se divierte, se abre con una colección de juegos procedentes del Parque de Atracciones del Tibidabo de Barcelona: osos, girafas y tigres en los que pueden montar los chiquillos que visiten el museo, así como espejos deformantes o una máquina para comprobar la propia fuerza, situado todo ello en el patio del edificio que alberga el museo.

En el interior se ha dedicado una sala completa a exponer el conjunto de juegos y juguetes que Federico Marés ha ido recopilando a lo largo de su vida, la mayoría de ellos catalanes.

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