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El general Gabeiras ataca a la Prensa de la ultraderecha en su discurso con motivo de la Pascua Militar

El discurso del teniente general José Gabeiras Montero, jefe del Estado Mayor del Ejército, con ocasión de la Pascua Militar, acaparó la mayor atención política de la jornada por su aire de despedida, su denuncia de la Prensa ultraderechista que socava la obediencia al mando, y su reiterada lealtad al Rey, acatamiento de la Constitución y sumisión al Gobierno. Los actos empezaron en el cuartel general del Aire, a las 11.30 horas. El jefe del Estado Mayor del Aire, general Emiliano Alfaro Arregui, dedicó más de un tercio de su intervención a formular diversas consideraciones sobre el sentido de la Pascua, la tradición de íntima convivencia familiar de estas fechas. También tuvo palabras para resaltar el comportamiento del Ejército del Aire, conforme a la voluntad del Rey, leal a la misión que las leyes y la Constitución le señalan.

El general Emiliano Alfaro calificó el año de 1981 como el del perfeccionamiento de los programas y en su balance destacó la fase final del programa FACA (Futuro Avión de Combate Aéreo), la potenciación de las bases de San Javier, Albacete y Gando, a la que se incorporarán Ios primeros Mirage F-1 . También mencionó la adquisición de doce helicópteros biturbinas.En cuanto al personal, el jefe del Estado Mayor del Aire declaró su interés por el desarrollo de la ley de las escalas Especial de Oficiales y Básica de Suboficiales. También aludió a que la aplicación de la ley de la Reserva Activa ha facilitado la mejor formación de los hombres que se prevé alcancen en plazo inmediato las más altas responsabilidades de la milicia.

Resumió la actividad operativa en un total de 120.000 horas de vuelo en misiones de transporte, instrucción, ataque aire-aire y superficie, cooperación y específicas, socorros, extinción de incendios, comprobación de ayudas a la navegación, fotogrametría, evacuaciones sanitarias, etcétera. Citó la ayuda a Guinea con más de 2.000 horas de vuelo.

El general Emiliano Alfaro habló de la insatisfacción por las limitaciones operativas y logísticas impuestas por la carencia de recursos. El avance de los progresos tecnológicos, dijo, nos llevan muchas veces hacia atrás. En consecuencia, se mostró partidario de potenciar la industria aeronáutica nacional.

La distinción de la Armada

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Una hora más tarde, a las 12.30 horas, era acogida la presencia del ministro de Defensa a los acordes del himno nacional en los salones del cuartel general de la Armada, decorados con frescos mitológicos de carácter guerrero y marino.

El almirante jefe del Estado Mayor fue directamente a la enunciación del balance de actividades del año transcurrido y a los programas y previsiones del que ahora comienza. El almirante Luis Arévalo Pelluz se refirió a la segunda fase del Programa Naval, afectado por restricciones presupuestarias.

Entre los logros enumeró la entrega provisional de la Primera Corbeta de la segunda serie Cazadora, la botadura del submarino S-71, el inicio de la prefabricación de bloques para las Fragatas FFG, el montaje en grada de bloques del portaaeronaves, la entrega de siete patrulleros de vigilancia de la zona económica exclusiva de 280 toneladas métricas, la de otros dos patrulleros de Vigilancia de Zona, de 85 Tm; la botadura de una petrolera de 100 Tm, y la entrega de otras tres, dos aljibes y cuatro remolcadores, así como la adquisición ala industria nacional de dos remolcadores de altura y una draga de succión. Citó la entrega de las lanchas «prosperpina», la construcción de las cinco lanchas YE y la de 9 lanchas LCPL MK- 11 y tres LCM-6.

El almirante Arévalo insistió en la necesidad de proseguir con firmeza la política de nacionalización del material, para reducir la dependencia exterior e impulsar nuestra industria. En el campo operativo consideró la actividad de 1981 algo inferior a la del año precedente y mencionó veintidós ejercicios para adiestramiento colectivo de la Fuerza Naval y un total de dieciocho ejercicios combinados. Sorprendió la presencia en el acto del ex ministro Raimundo Fernández Cuesta.

Justificación y despedida de Gabeiras

En el cuartel general del Ejército, el jefe del Estado Mayor, José Gabeiras Montero, eludió los balances detallados y aprovechó la ocasión para responder a los ataques que le hace la Prensa de ultraderecha. Aludió al 23-F bajo la expresión de «momentos desgraciados que están en el ánimo de todos» y también al manifiesto de los cien para declarar que «los componentes del Ejército bajo ningún pretexto, ni mucho menos al amparo de opiniones colectivas emitidas a través de canales antirreglamentarios o utilizando el soporte de medios de información, que le son ajenos, pueden ni deben salirse de la órbita de sus funciones específicas, so pena de faltar abiertamente a la lealtad y obediencia debida a sus jefes».

El general Gabeiras salió al paso de comentarios e interpretaciones malévolas de cierta Prensa y de panfletos anónimos que critican la supuesta arbitrariedad de algunos ascensos. Luego hizo una historia personal de su ascenso a teniente general y aludió a una maniobra bajo el régimen anterior por la que fue sobrepasado por su promoción y la siguiente, pese a lo que se abstuvo de formular queja alguna. Acusó a los fariseos que hacen uso de la mentira, del in Fundio y de la calumnia. Y reconoció que «somos todos un tanto culpables por no hacer cada uno de: nosotros lo posible y lo imposible por neutralizar a esos rriedios y a esos compañeros que tanto daño producen a nuestra institución ».

Palabras del ministro Oliart

El titular de Defensa contestó en cada uno de los cuarteles generales aljefe de Estado Mayor respectivo con palabras de satisfacción y orgullo por tener la ocasión de dirigirse a las representaciones de los distintos ejércitos. Habló del comportamiento ejemplar en momentos dificiles, del alto espíritu profesional y del exacto cumplimiento del deber. Exhortó a la unidad bajo el mando supremo del Rey y recalcó el propósito del Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo de continuar su política de relanzamiento económico, de racionalización de las autonomías, de orden público y de lucha contra el terrorismo. Tuvo también breves referencias para las nuevas obligaciones que se derivarán de la entrada en la OTAN y mencionó el proyecto de ley especial de Dotación para proseguir la tarea de modernización.

Plantón en Primo

Una hora de plantón a tres informadores -dos de ellos de EL PAIS- en la puerta del cuartel general del Ejército sin poder acceder a los actos de la Pascua Militar, es el broche Final reservado por la correspondiente oficina de Prensa, difusión y relaciones públicas a la campaña de acercamiento Prensa-Fuerzas Armadas, que tantos esfuerzos consumió durante la última quincena del pasado mes de diciembre.Ni el teniente coronel Mariano Aguilar Olivencia, máximo responsable de la citada oficina, ni el capitán Julio Leal Monedero, responsable de las relaciones con la Prensa diaria, pese a los avisos que se les hicieron llegar a través del comandante Fernando Ripoll Molinés y de otros compañeros de la Prensa, se acercaron a la puerta de entrada para explicarse ante los informadores, a los que tampoco se les facilitó copia de los discursos del jefe de Estado Mayor, teniente general José Gabeiras, ni del ministro de Defensa, Alberto Oliart. Por la tarde, los intentos de la redacción de EL PAIS por conectar siquiera telefónicamente con la oficina de Prensa también fueron vanos.

Los actos escalonados a lo largo de la mañana en los tres cuarteles generales se habían producido con toda cordialidad tanto en la sede del Ejército del Aire como en la de la Armada. En la calle de Prim, a las 13.30 horas, ante las verjas del palacio de Buenavista, todos los propósitos de buen entendimiento sufrían el más rotundo desmentido. La excusa para rehusar la presencia de los tres informadores retenidos fue la escasez de espacio, precisamente en el cuartel general que goza de mayor amplitud.

Desde fuera lo que sí se supo es que el discurso del general Gabeiras había sufrido muchas modificaciones y reducciones que lo dejaron, de sus doce folios iniciales, en nueve escasos. Fuentes militares no ocultaban la impresión desfavorable producida por el tono personalista de su redacción.

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