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Aceriales unifica las compras y ventas de sus empresas en el proceso de reestructuración de los aceros especiales

Aceriales, grupo de siete empresas de aceros especiales asociadas para llevar a cabo la reestructuración del sector, se dispone a emprender en enero la segunda fase del proceso de reconversión, denominada de saneamiento sectorial, con la creación de una nueva sociedad de ventas y la constitución de una comisión de compras dentro del grupo, según informó su secretario general, Vicente Carretero. El objetivo prioritario de esta segunda fase es unificar la gestión comercial y el saneamiento financiero de las empresas del grupo con los medios disponibles.

La creación de estas dos centrales de compras y ventas, que fusionará en cierto sentido la gestión comercial de las siete sociedades que componen Aceriales, permitirá a su vez la elaboración de una política conjunta de precios reales, cuya primera misión es permitir un saneamiento de las empresas sin necesidad de realizar las inversiones previstas en el programa original y que no se materializarán hasta que el grupo haya racionalizado su estructura comercial y financiera, mediante la puesta en marcha de la tercera parte del programa.La segunda fase de la reestructuración del sector se ha iniciado "con buen pie", en palabras de Carretero, una vez que el pasado, martes concluyera con éxito la primera, con la aprobación por la plantilla de Echevarría, SA -la empresa más castigada por la crisis del grupo-, de los acuerdos suscritos con las centrales sindicales UGT, CC OO y Solidaridad de Trabajadores Vascos (ELA-STV), referentes al reajuste definitivo del personal de la empresa vizcaína en 1.561 trabajadores.

Con la ratificación de estos acuerdos por los trabajadores de Echevarría, SA, y la orientación por buen camino del problema de Aceros de Llodio, finaliza prácticamente la llamada "fase de ajuste previo" que se inició, en realidad, con la constitución de la misma sociedad en noviembre del pasado año. El objetivo de esta primera fase era la eliminación del excedente de plantilla de las siete sociedades (Aceros de Llodio, Orbegozo, Echevarría, Olarra, Irura, Fundiciones Echevarria y Babcock Wilcox), con especial atención a Aceros de Llodio y Echevarría, donde estaba concentrado el principal exceso de personal.

El coste de la primera fase

El coste de esta primera fase se calcula que ha sido el más elevado de todo el proceso, no sólo por sus aspectos económicos, sino por la batalla que se ha librado en el terreno social.En el primer aspecto, los gastos realizados se estima que superarán los 9.000 millones de pesetas, cantidad que no es excesiva a la vista de los datos característicos del grupo: pérdidas anuales del orden de los 8.500 millones de pesetas, 76.000 millones de endeudamiento, productividad inferior a la mitad de la de los países de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA) y una facturación que no llega al 75% de la capacidad del sector.

La labor realizada en esta primera fase se concreta en el ajuste previo que ha tenido que realizarse para adaptar un sector pensado, en los años posteriores al primer choque del petróleo, para una demanda casi el doble de la actual. Así, según estimaciones de Aceriales, las catorce empresas que componen el sector tienen una capacidad nominal de producción por encima de los tres millones de toneladas, cuando la demanda real interna apenas supera, en la actualidad, el millón y medio de toneladas.

Este desfase, que Carretero califica como "un error del 200% en origen", ha podido ser aliviado mediante una importante exportación. En estos momentos, por ejemplo, un 60% de la producción del sector se destina a la exportación, lo que hace que las empresas del ramo estén completamente supeditadas a la paridad real de la peseta. Sólo una moneda a la baja permite a estas empresas resolver el grave problema de competitividad internacional que padece el sector, donde más del 60% son costes variables (de ellos, 47,7% costes salariales).

Estos desfases entre oferta y demanda son los que hacen evidente el problema del excedente de plantilla. No obstante, con la reestructuración iniciada en Echevarría y con la de Aceros de Llodio se ha completado parte de la eliminación del exceso de personal y que, en la actualidad, ha afectado a unas dos mil personas.

Sociedad de compras y comisión de ventas

Según Carretero, Aceriales inicia el día 1 de enero la fase de saneamiento financiero de las siete empresas del grupo por medio de dos importantes decisiones:1) creación de una sociedad totalmente nueva e independiente de Aceriales, cuya principal labor es culminar el proceso de saneamiento financiero de las siete empresas. Esta sociedad se constituye con un capital de 2.000 millones de pesetas, que serán aportados en diferentes porcentajes por la Administración y las empresas. La sociedad pretende centralizar todo el proceso de compras, principalmente chatarra y otras materias primas, necesarias para el funcionamiento de las empresas. A esta sociedad está previsto que se adhieran el resto de sociedades que pertenecen al sector, pero que todavía no se han integrado en Aceriales.

2) creación de una comisión de ventas, dentro del mismo Aceriales, que llevará adelante todas las negociaciones de precios con los almacenistas, forjadores y el resto de compradores de aceros especiales. Aquí, según Carretero, la labor más importante es fijar un precio real de los productos que sea competitivo para las empresas. Esta labor es relativamente fácil, ya que el 70% de los clientes de aceros especiales está concentrado en la rama del automóvil, los bienes de equipo y la defensa.

La verdadera reindustrialización

Finalizada esta segunda fase, el grupo pretende iniciar, a mediados de año, la tercera fase del proceso de reconversión, que se conoce precisamente como la de reindustrialización y lanzamiento del sector. Aquí es donde se van a materializar las inversiones más importantes del grupo y donde se requerirán las ayudas especiales con las que las siete empresas esperan contar.Según cálculos de Aceriales, las necesidades totales de la reconversión del sector pueden estimarse en unos 41.150 millones de pesetas, correspondiendo la mayor parte a la fase previa de ajustes de plantillas y al saneamiento financiero. El resto de destinará a la fase de reindustrialización, cuyas metas son las siguientes:

-Realización de inversiones que, coordinadas sectorialmente, tiendan a una amplia especialización y competitividad.

-Agrupación empresarial que garantice la consolidación futura del sector.

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