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La nueva dirección del movimiento vecinal madrileño intentará recuperar la importancia que tuvo

Representantes de 53 asociaciones de vecinos (menos del 50% de las existentes) han elegido nueva junta directiva de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos (FPAV), en un intento de revitaliza un movimiento que tuvo su máximo auge en los últimos años del franquismo y que perdió casi toda su fuerza después de que sus máximos protagonistas coparan los primeros puestos de las listas en las elecciones municipales de abril de 1979.

La nueva junta directiva está presidida por Fernando Martos, independiente, representante de la Asociación de Vecinos Las Aguilas (Aluche) y presidente en funciones desde abril de 1979; Ramón Abad, como vicepresidente, militante comunista prácticamente desconocido en el movimiento ciudadano y miembro de la Asociación de Vecinos de Santa Engracia (Vallecas); José Molina, vicesecretario primero (Palomeras sureste), y Julia García, vicesecretaria segunda, independiente, una de las pocas personas que a lo largo de estos últimos años más han trabajado en el movimiento ciudadano contra el chabolismo madrileño en general y el de Carabanchel Bajo en particular.Los representantes vecinales participantes en la reunión iniciaron ésta planteando dos opciones: el nombramiento de una comisión gestora encargada de dirigir el movimiento vecinal hasta las próximas elecciones municipales, de forma que ningún partido político aproveche las actividades vecinales en beneficio propio o la elección de una junta directiva renovable en el plazo de un año, tal como determinan los estatutos de la FPAV. Tras la votación, los asistentes se pronunciaron mayoritariamente por la segunda opción.

Un portavoz de la asociación de La Corrala, defensor de la creación de la comisión gestora, explicó a este periódico que, previamente a la celebración de esta reunión, el reparto de cargos en la junta directiva había sido pactado entre PSOE y PCE y que Fernando Martos, ex militante de la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT) y actualmente sin carné político, ingresará en el Partido Socialista Obrero Español en el plazo de un mes. Este término fue confirmado a este periódico por el propio Martos, quien precisó que, si bien su entrada en el PSOE es segura, no sabe exactamente cuándo se producirá su ingreso y, desde luego, "No se ha producido ningún reparto previo de puestos".

Entre las ausencias de representantes vecinales, casi el 50% de las asociaciones federadas, cabe destacar la de aquellas entidades que han mantenido un trabajo más activo durante los últimos meses: las asociaciones integradas en la coordinadora de barrios en remodelación o de la colza. Tampoco asistió ningún representante de Orcasitas, cuando se trata precisamente de una de las zonas en las que el movimiento ciudadano ha desarrollado un trabajo más activo.

La Federación, un cadáver político

Fernando Martos, el nuevo presidente, explica que la Federación se había convertido en un cadáver político y que este es el momento idóneo para el relanzamiento de los barrios y del Movimiento Ciudadano en general. "Desde las elecciones municipales, la actividad en los barrios decreció de forma ostensible. Ocurrió que determinadas personas que se habían destacado por su trabajo en las actividades vecinales ocuparon los primeros puestos de las listas presentadas por los partidos de izquierda en las elecciones y pasaron a trabajar en los ayuntamientos de Madrid o la provincia. El desencanto fue inevitable para los vecinos de los barrios, y las asociaciones vecinales perdieron el rumbo. No se sabía si criticar a los ayuntamientos que no cumplían las realizaciones prometidas o darles un nuevo plazo para que todos se aclararan. Pienso que el trasvase de líderes vecinales a los ayuntamientos y la actitud miedosa de éstos son las dos causas fundamentales de la paralización del movimiento vecinal".Respecto a los objetivos inmediatos, Fernando Martos anuncia que, en primer lugar, la Federación va a intentar que las asociaciones recuperen su antiguo papel, y que pasen de una actitud dubitativa frente: a la Administración central o local a una forma de actuar clara contra todo aquello que dificulte el desarrollo de las barriadas y las reivindicaciones y exigencias vecinales.

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La última elección de la junta directiva de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos se celebró en enero de 1979. Los resultados de las elecciones municipales en abril de ese mismo año supuso el desmantelamiento de esa junta, presidida por el comunista Julián Rebollo, hasta el punto de que el pasado año ni siquiera se celebraron las elecciones.

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