Los obispos debatirán la situación de los católicos divorciados
Los temas pastorales dominan la atención de la 35ª Asamblea Plenaria del Episcopado Español, que se abre el lunes 23 de noviembre y que durará hasta el sábado 28. Más concretamente, la pastoral para bautizados divorciados y para los casados sólo por lo civil.La Comisión Episcopal de Pastoral que preside Teodoro Ubeda, arzobispo de Mallorca, ha preparado un proyecto que deberá ser discutido por el conjunto del episcopado español. Aunque se desconocen los términos del texto previo, diversos portavoces del episcopado se han referido al documento aprobado por la Conferencia Episcopal italiana en abril de 1979, como un punto de vigencia válido. Ese documento, que la Prensa italiana trató de «excesivamente casuístico», recoge las líneas generales de la doctrina oficial católica: los divorciados vueltos a casar son cristianos, pero no pueden acceder a la confesión ni a la eucaristía; no pueden ejercer de catequistas ni desempeñar el oficio de padrinos de los sacramentos. Tampoco es aceptable la situación de los católicos que se casan sólo por lo civil: no pueden confesar ni comulgar. Se hace una excepción con aquellos matrimonios ancianos, que si se arrepienten «y se comprometen a interrumpir su vida sexual» pueden recurrir a los susodichos sacramentos.
En términos parecidos se expresaba recientemente el obispo de León, Fernando Sebastián, en una pastoral sobre los matrimonios civiles, criticando, en particular, la práctica de muchos sacerdotes que no se atienen en su ministerio a las normas dictadas por el Derecho Canónico vigente.
El Consejo Pastoral Diocesano de Barcelona aprobó el pasado 8 de noviembre una declaración en la que rogaban a los obispos «que eviten dar normas demasiado radicales», ya que la novedad del tema exige acumular una experiencia que todavía no se tiene.
Otros temas del orden del día son los estatutos de la Acción Católica -la Juventud Obrera Católica sigue dividida- y varios temas de la comisión de enseñanza.
Aunque no está prevista ninguna declaración sobre problemas de actualidad, algunos obispos piensan que sería conveniente pronunciarse sobre alguno de ellos, tales como el paro, la paz o la situación política general.
