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Estreno de "El pelícano", de August Strindberg, en el primer montaje de Joaquín Vida

La obra El pelícano, del dramaturgo y novelista sueco August Strindberg (1849-1912), se estrenó anoche en el teatro Jacinto Benavente, de Madrid, en una versión dirigida por Joaquín Vida e interpretada por Charo Soriano, Miguel Arribas, Janinne Mestre, José M. Barbero y Alicia Agut. En esta pieza, el autor desmitifica la figura de la madre como núcleo central de la familia y como ser sacrificado y abnegado, según opinión del director escénico.

Joaquín Vida, de 37 años, firma por primera vez un montaje, ya que hasta ahora ha sido ayudante de dirección de Carlos Aladro, Fernando Fernán-Gómez, Manuel Gutiérrez Aragón, Ricard Salvat, Augusto Fernández y Adolfo Marsillach durante su etapa de director del Centro Dramático Nacional. Su interés por el texto de Strindberg parte de la vigencia del análisis que realiza sobre la familia y la sociedad europea, así como por la necesidad que siente de «hablar públicamente de un tema que me afecta por circunstancias personales, al pertenecer a una familia rota».En los últimos años se han montado en los escenarios españoles varias obras de Strindberg, como Danza macabra, Los acreedores, El padre y Señorita Julia, conocidas también en publicaciones y, en algunos casos, en versiones cinematográficas. Joaquín Vida declaró, antes del estreno de El pelícano, que el público medio español «recibe con tibieza las obras de Strinberg; creo que se debe a su agresividad y el público pequeño burgués se siente molesto al verse reflejado en un espejo y sin maquillaje. Como no soy sociólogo y el es siempre una incógnita, no sé cómo va a ser recibido nuestro montaje».

«Los directores volvemos a Strindberg», señala Joaquín Vida, «por su vigencia, ya que sus textos reflejan con una gran profundidad la sociedad europea más desarrollada y el papel que tiene asignado la familia. En el caso del dramaturgo, lleva a sus obras la amarga experiencia de sus relaciones con las mujeres y fracasos matrimoniales».

El pelícano fue una de las últimas obras escritas por Strindberg montada por él mismo en el Intima Teatern, de Estocolmo, fundado con el apoyo de August Falck. El título hace referencia a la leyenda del pelícano, que amaba tanto a sus crías que las alimentaba con su sangre, para lo cual se abría el pecho a picotazos. Esta leyenda es también una de las más conocidas alegorías de Cristo.

"El mito judeocristiano"

«El mito religioso judeocristiano», dice Joaquín Vida, «lo utiliza el dramaturgo para presentarlo al revés. El título lleva una ironía sarcástica, ya que el animal se traslada a una madre vampírica.Hace dos semanas, Televisión Española ofreció una versión de El pelícano. Joaquín Vida considera que es una «circunstancia desafortunada» e ignora si va a perjudicar o beneficiar a este montaje. «En realidad, hacemos una lectura distinta de la obra, creo que esta versión es más rica y profunda. El montaje tiene una línea de expresionismo aburguesado, con una interpretación catártica, que llegue a emocionar al espectador, con una gran fidelidad al texto y con una escenografía escueta, para que sólo esté presente la palabra y los intérpretes».

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