Estados Unidos critica vivamente el aumento del poderío militar soviético
Estados Unidos hizo ayer una critica violenta de la política militar soviética, «que representa ahora para Norteamérica y sus aliado una amenaza mayor que hace diez años».
El secretario de Estado adjunto para Asuntos Europeos, Lawrence Eagleburger, acusó a los dirigentes soviéticos de dedicarse a la «construcción de una potencia militar mucho más allá de sus necesidades razonables para una legítima defensa», en el curso de una larga conferencia ante el Real Instituto Británico de Asuntos Internacionales, en Londres.Según el alto funcionario estadounidense, los tres cambios más importantes sucedidos en este terreno en los diez últimos años son: 1. El poderío militar soviético y su voluntad de utilizar esta fuerza directamente y a través de intermediarios. 2. La potencia económica desarrollada por los aliados de EE UU en Europa y Asia, que han comenzado a asumir responsabilidades políticas y militares mayores. 3. La dependencia occidental de regiones del mundo en situación crítica ha aumentado en el momento mismo en que se ha incrementado la injerencia de la URSS.
La agencia soviética Tass no ha esperado para responder. En un despacho fechado ayer en Moscú ha denunciado «la presión de Washington sobre Europa occidental» en el terreno militar. Tass explica que la tesis de Eagleburger de la «pretendida supremacía militar» de la URSS es un pretexto para convencer a los occidentales de la necesidad de aumentar sus presupuestos bélicos y de la conveniencia de instalar los misiles nucleares de alcance medio.
Refiriéndose al diálogo con la URSS, Lawrence Eagleburger ha dicho en Londres que su país «desea llegar a resultados concretos... Las negociaciones sobre las fuerzas nucleares en Europa no pueden basarse más que en el principio de la igualdad, y no en el de la ventaja unilateral».
El secretario de Estado adjunto resaltó que la premisa esencial para un diálogo positivo con Moscú es «la unidad y la fuerza de los aliados occidentales... Los líderes europeos comprenden que Estados Unidos no puede cargar solo con el peso de la defensa común».
Eagleburger perfiló lo que desde el punto de vista de Washington es una política coherente hacia el Tercer Mundo. Sus factores principales serían: ayuda occidental que permita a los países en cuestión resolver sus problemas económicos y sociales, garantía de una seguridad militar que permita a las naciones en desarrollo «protegerse por sí mismas del aventurerismo soviético».
"Dos guerras"
En conexión con la larga intervención del adjunto norteamericano para Europa, el ministro de Defensa de EE UU, Caspar Weinberger, ha declarado al periódico neoyorquino Wall Street Journal que Estados Unidos está adoptando una nueva estrategia militar global.
Según Weinberger, las fuerzas armadas estadounidenses estarán preparadas para combatir simultáneamente en dos guerras importantes, una en Europa y otra en cualquier región crítica del mundo. La doctrina del Pentágono hasta ahora preveía solamente la intervención militar norteamericana en conflictos menores, además de su despliegue europeo.
La explicación del nuevo punto de vista está también en el poderio soviético: «La antigua estrategia era suficiente cuando Moscú no tenía los medios de que dispone hoy».
El Pentágono, de otra parte, se apresta a tomar dos decisiones cruciales para el futuro de sus fuerzas estratégicas. Una es el reemplazo del bombardero B-52; la otra, el mejor modo y lugar de desplegar el nuevo misil intercontinental MX. Ambas decisiones parecen inminentes, según fuentes militares de Washington.
Los expertos han aconsejado a Weinberger sustituir los anticuados B-52 en dos etapas. En la primera, por el bombardero estratégico B-1, cuya construcción se abandonó en 1977 por excesivamente costosa. Después se desarrollaría un avión enteramente nuevo sobre la base del prototipo Stealth, un aparato virtualmente invisible a los radares enemigos.
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