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Felipe, en Ormuz

(...)Las declaraciones del dirigente socialista Felipe González en Amsterdam, contrarias a la entrada de España en la OTAN, rompen la línea habitual de sensatez y visión de largo alcance a,que nos tenía acostumbrados el líder del PSOE. Realmente se puede coincidir con las críticas procedimentales a Calvo Sotelo sobre la forma de plantear nuestra adhesión al pacto, pero los argumentos de González son, a nuestro juicio, inmaduros, infantilesy de muy escasa seriedad.Primeramente, nos parece muy poco sólido apoyarse en «papá Brandt» -encantador anciano, por otra parte, a quien en el seno del SPD alemán se considera como una bella y romántica reliquia, alejada de las grandes decisiones del partido- mientras los hombres que realmente mandan en la socialdemocracia alemana, léase Schmidt, dicen justamente lo contrario.

En segundo lugar, resulta muy molesto, casi intolerable, escuchar que las decisiones sobre la adhesión española a la OTAN han de depender del grado de «enfado» soviético y de las posibles consecuencias que tal decisión tendría para Yugoslavia y Polonia. ( ... )

30 de abril

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