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Reportaje:Bolivia: cocaína y golpe de estado / 1

Más de 1.000 millones de dólares procedentes de la cocaína "engrasan" el Gobierno golpista de Bolivia

Sólo unas horas después de habe sido relevado como ministro del Interior, el 26 de febrero pasado, el coronel Luis Arce Gómez convocó a una reunión en la ciudad de Santa Cruz. La invitación a la reunión se extendió a todos los grandes y medianos traficantes de cocaína con los que él había trabajado durante muchos meses hasta establecer la más grande, poderosa y violenta red de tráfico de cocaína en la his toria de Bolivia.La reunión tuvo lugar, el 28 de febrero, en la lujosa mansión de Sonia Atalá, esposa de Pachi Atalá dos de los más grandes exportadores de cocaína en el país.

El coronel Arce Gómez acaba de perder su posición de «hombre fuerte» del régimen y se vio en la obligación de prevenir a sus amigos sobre la decisión del Gobierno de García Meza para actuar contra algunos elementos de la mafia de Santa Cruz, dentro de su programa de control de drogas planeado para mostrar una nupva política frente al Gobierno norteamericano.

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Arce indicó a sus colegas, sin embargo, que era portador de un mensaje del propio García Meza el cual sugería que la mayor parte de las operaciones debieran se transferidas a otras regiones má apartadas, en el Beni, Tarija, el Chapare y la región del Altiplano. Arce solicitó entonces a sus colegas medio millón de dólares para poder operar con la protección del Gobierno, garantizando que el régimen de García Meza protegería la producción, las operaciones comerciales y los vuelos a Colombia y Brasil.

Pocos días después, Arce Gómez fue nombrado comandante del Colegio Militar de Ejército, desde donde, de acuerdo con fuentes del servicio de inteligencia, debía seguir controlando el Ministerio del Interior, las fuerzas paramilitares y una gran parte del tráfico de cocaína en el país. Arce ha negado repetidamente su participación en el tráfico ilegal de drogas. Pero el senador Dennis De Concini, de Arizona; la Drug Enforceniment Administration (DEA), el Departamento de Justicia del Gobierno norteamericano y otros organismos oficiales, así como numerosos informantes dignos de crédito, de altas esferas en Bolivia, que han sido entrevistados recientemente, testifican la participación del ex ministro, que recientemente ha sido cesado en el Colegio Militar de La Paz.

Durante siglos, la hoja de coca ha sido parte importante de la cultura de los aymarás, quechuas y guaraníes de Bolivia, y de los trabajadores en las minas. El uso más conocido de la coca es el de la masticación, con un suave efecto narcótico que disminuye las sensaciones de hambre, frío y cansancio.

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El tráfico de la cocaína tuvo su origen al principio de los setenta, en la primera etapa de los siete años de gobierno del general Hugo Banzer (1971-1978). Bánzer, con extensas propiedades en el departamento de Santa Cruz, hizo la vista gorda cuando muchos civiles, que tenían relaciones con él, conienzaron a convertir la hoja de coca en cocaína para la exportación.

Existen testigos oculares que afirman que el propio Bánier operaba su pequeña fábrica privada Fuentes no confirmadas indican que en la actualidad, en una finca de su propiedad, El Potrero -en la provincia de San Javier, en el noroeste de Santa Cruz-, existe un establecimiento clandestino dedicado a la fabricación de cocaína y que está estrechamente vigilado por fuerzas paramilitares. Durante la década de los setenta, un número relativamente pequeño de productores de cocaína estableció conexiones con la creciente mafia colombiana y se inició la exportación de «la base», o sulfato de cocaína. En esa época, los colombianos terminaban de procesar el producto para cristalizarlo (clorhidrato de cocaína) y después enviarlo a losmercados del Norte: Estados Unidos y Europa.

Los hermanos Widen y Miguel Razuk, dos acaudalados terratenientes y hombres de negocio, y Roberto Gasser, ex presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz e hijo del dueño de uno de las más grandes fábricas azucareras del país, se convirtieron en tres de los más importantes productores y traficantes en Bolivia. De acuerdo con los'archivos de la DEA y declaraciones de personas allegadas a ellos, su negocio fue posible por sus conexiones políticas y militares, que les brindaron protección contra las autoridades policiales que trabajaban en el control del tráfico de drogas.

Widen Razuk, que vive en una residencia totalmente amurallada en Santa Cruz, fue gobernador de la provincia durante el.Gobierno de Bánzer. Su hermano Miguel fue arrestado en Miami el pasado junio, al tratar de cambiar cheques por valor de tres millones de dólares, que le fueron girados desde Santa Cruz como pago por negocios de cocaína. Los Razuk confinúan siendo los narcotraficantes más activos y mejor protegidos de la región.

"Taxis" aéreos

Muchos de quienes están ahora involucrados en el tráfico de cocaína comenzaron sus operaciones como parte de sencillas redes de contrabando de televisores, aparatos eléctricos y automóviles, artículos que llevaban a Santa Cruz en aviones. Actualmente, muchos aviones llevan cocaína fuera de Bolivia y todavía regresan cargados con artículos de contrabando. A menudo se utilizan los aviones militares y muchos oficiales se han hecho ricos con el tráfico. Panamá se cita como uno de los puntos fundamentales de destino.

El coronel Norberto Salomón es socio de Luis Arce Gómez en una compañía de avionetas que se utilizan como taxis aéreos para sacar la cocaína de Bolivia. Salonión desempeña actualmente el puesto de agregado militar boliviano en Caracas, cargo para el que fue nombrado inmediatamente des pués de que, a finales del año pasado, se estrellara en la zona selvática de Trinidad una avioneta con trescientos kilos de cocaína. La policía y las autoridades de narcóticos norteamericanas identificaron el aparato como propiedad de ambos coroneles. Salomón y Arce Gómez fueron acusados por responsables del organismo estadounidense de represión del tráfico de drogas de exportar grandes cantidades de cocaína a EE UU. Su implicación fue revelada en un programa televisivo de la cadena CBS, titulado 60 minutos, que se emitió el pasado 2 de marzo.

Roberto Suárez Gómez es primo de Luis Arce Gómez y está considerado, por funcionarios norteamericanos y por gente allegada al tráfico de drogas, como el «mayor proveedor» en el país, frecuentemente llamado El Padrino dentro de la mafia.

Suárez, que vive en la lujosa avenida Busch, de Santa Cruz, ha caído en desgracia con traficantes colombianos, según informantes locales, debido a que, en varias ocasiones, les vendió base de cocaína de mala calidad y poco con tenido de clorhidrato. Como los colombianos pagaron el precio exigido en cada una de las operaciones de compra, decidieron darle una «pequeña lección». Castraron a uno de los «correos» de Suárez y lo enviaron de vuelta a Bolivia. El «correo» era el hijo de Suárez.

Como resultado de estos incidentes, por lo menos cinco colombianos que llegaron a Santa Cruz por «negocios» fueron asesinados en los últimos meses. El conocido asesino político Mosca Monroy alardea de haber disparado a dos de ellos directamente en la cara, en una celada que les preparó. Los restos de los otros muestran marcas de tortura: flagelación «científica», amputación de orejas, ojos, castración, etcétera.

Operación modelo

En mayo de 1980, en una operación planificada por la DEA, un avión viajó de Miami a Santa Cruz, donde agentes de este organismo simularon ser compradores de la droga. Adquirieron a Roberto Suárez trescientos kilos de base, por un valor de nueve millones de dólares. Este, de acuerdo con informaciones de la DEA, actuaba en combinación con el coronel Ariel Coca, por entonces comandante del Colegio Militar de Aviación en Santa Cruz y que, tras el golpe del 17 de julio de 1980, fue nombrado ministro de Educación y Cultura y recientemente ha sido destituido.

El dinero de este envío tenía que ser recogido por Alfredo Cutuchi Gutiérrez, ex presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz, en un banco de Miami, una vez que el avión despegara de Santa Cruz. Gutiérrez fue arrestado en el banco v detenido bajo una fianza de tres billones de dólares. Casi inmediatamente después, las autoridades judiciales de Miami recibieron declaraciones juradas, firmadas por el coronel Coca y el general Hugo Echeverría, comandante del segundo cuerpo de ejército en Santa Cruz, certificando la honorabilidad de Gutiérrez, por lo que su fianza se redujo a un millón de dólares.

El jefe de la DEA, Peter Bennsinger, ha indicado que el general Echeverría está también involucrado en el tráfico de la droga en la región que controlaba. Como comandante de una de las más grandes y poderosas unidades del Ejército, Echeverría proporcionaba, hasta su reciente cambio de destino, protección y transporte a los traficantes y recibía un porcentaje de las operaciones. El general Echeverría fue nombrado, no hace mucho tiempo, representante de la misión boliviana en la Junta Interamericana de Defensa de la OEA.

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