Las máquinas tragaperras en España
Las máquinas electrónicas de juego están reguladas en España por un reglamento provisional de máquinas recreativas y de azar, establecido por orden ministerial de 3-4-1979. En él se especifican tres categorías de productos: la categoría A engloba las de video, bolas, tiros y similares; la B, todas las que con un gasto de cinco pesetas pueden proporcionar premios de un máximo de cien, como cataratas y boleras, y la C, relativa a máquinas de azar. Las dos primeras categorías son controladas en España por casi noventa fabricantes y unos mil comercializadores (compradores-vendedores y compradores -distribuidores). Todos ellos están encuadrados en la asociación gremial Facomare.La tercera categoría, relativa a máquinas de azar, es la que presuntamente vincula a Francisco Pérez López, de 41 años, asesinado a tiros anteayer en Madrid.
En la categoría C se incluyen máquinas de azar reguladas por orden ministerial de octubre en 1979, en la que se concede el monopolio a la Empresa Nacional de Optica (ENOSA) y a la Empresa Nacional de Turismo (Entursa), ambas pertenecientes al Instituto Nacional de Industria. Algunas de las más conocidas y explotadas son las tragaperras convencionales de palanca, tan difundidas en Estados Unidos de América. Según fuentes consultadas por EL PAIS, Entursa explotaría las máquinas instaladas en los buques de la compañía Trasmediterránea, y en aeropuertos y estaciones, aún por determinar.
Actualmente hay entre ochocientas y mil máquinas tragaperras de palanca en los casinos españoles, y se proyecta instalar hasta un total de 3.000. Todas estas máquinas son de procedencia inglesa o norteamericana, pero principalmente inglesa; el mercado británico ha penetrado en España con las marcas Bell Fruit y Aristocrat, y el norteamericano trata de penetrar con Jennings y Bally. Todos los indicios apoyan la hipótesis de que la víctima estaba estrechamente relacionada con Bally -cuya casa central está en Chicago-, considerada como una de las más importantes del mundo, y que tiene su sede continental en Bélgica. Esta delegación es una de las empresas accionistas mayoritarias de la casa central.
Según informaciones que EL PAIS pudo recoger ayer, el mundillo de las máquinas tragaperras está en lucha constante por conseguir las mejores ventas. Pero los sistemas para conseguir esos jugosos contratos no son siempre de guante blanco. Una de las fuentes consultadas ayer por este periódico aseguraba que no es demasiado extraño un ajuste de cuentas en ese medio.
