Conferencia de Santiago Amón en Santander sobre "Lo moderno y las vanguardias artísticas"

«El proceso revolucionario de la estética contemporánea ha quemado en sesenta años lo que históricamente solía consumirse en tres siglos», ha dicho Santiago Amón, vicepresidente de Adelplia y crítico de arte, en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, de Santander. De acuerdo con el enunciado de su conferencia, La noción de lo moderno y la liquidación de las vanguardias, Santiago Amón dividió su exposición en dos partes. En la primera, lo moderno quedó definido como el tránsito de la revolución a la costumbre, indicando que «el arte en general, y el contemporáneo en particular, ponen de manifiesto que su expresión no es comunicativa, sino manifestativa y transform adora ».

Refiriéndose al arte contemporáneo, Amón señaló que éste «para bien o para mal, ha transformado el entorno, el paisaje urbano, con una violencia como no ha conocido otra la historia», agregando que «las cosas que todavía hoy suscitan nuestra familiaridad con el brillo de lo moderno han pasado de la extravagancia inicial a la rutina definitiva. El ciclo renovador revolucionario se ha consumado y con ello se dificulta el nacimiento de nuevas vanguardias».

Fundamento en la nada

Amón se refirió a la liquidación material de las vanguardias, indicando que, «por muy animosos que se sientan los vanguardistas, toda su predicación se fundamenta en la nada», y explicando esta afirmación en base a que los cuatro cauces por los que pretenden discurrir las vanguardias abocan, irremisiblemente, en la nada: la abstracción, que no admite otro proceso abstractivo; el dadaísmo, que niega las posibilidades de la obra de arte por prestar atención única a la vida; el conceptualismo, que también niega la obra de arte y defiende solamente, al margen de ella, el concepto del arte, y, en cuarto lugar, el minimalismo, que, «siguiendo el ahorro de los modernos modelos semántícos, limita la expresión a la indicación de una flecha que orienta hacia la nada».