Exposición de pinturas dedicada al poeta Pedro Salinas en Santander
El poeta Pedro Salinas, primer secretario de la Universidad Internacional de Verano de Santander, hoy, llamada de Menéndez y Pelayo, tiene desde esta semana una sala de exposiciones a su nombre en el palacio de la Magdalena, sede central de la UIMP.La primera muestra, totalmente dedicada a Salinas, recoge veintisiete obras del pintor manchego Gregorio Prieto, que ha hecho «una visión personal del entorno del poeta» con cuadros de algunas de las ciudades en que vivió Salinas: Sevilla, Cambridge y Santander, y retratos de siete poetas de su generación: Alberti, Aleixandre, Alonso, Altolaguirre, Cernuda, García Lorca y Guillén.
La exposición ha sido patrocinada por la Dirección General del Patrimonio Artístico y organizada con la colaboración de Miguel Angel Almodóvar y Aurelio García Cantalapiedra.
«Todo entorno cobra una dimensión lúdico-poética cuando se filtra a través de los ojos del artista y ninguno como el pintor Gregorio Prieto llegó a permeabilizarse tanto del espíritu de una época en la que se situó la llamada generación del 27, de la que Salinas formó parte. Gregorio tomó apuntes, pintó, sintió, impresionó en el lienzo o en papel, la atmósfera poética de lo que algunos consideran el segundo siglo de oro español», ha dicho Almodóvar en la presentación del homenaje. Gregorio Prieto, que ha regalado un retrato de Salinas a la Universidad Internacional, ha sido más explícito: «Yo soy el pintor de la generación del 27», dijo, «los conocí a todos. Con Alberti tuve una amistad frívola, inteligentemente frívola. Con Lorca fue una relación profunda; con Aleixandre, casera. De este último conservo unas cuatrocientas cartas, valiosísimas.».
La exposición- homenaje a Salinas le tiene a Gregorio Prieto entusiasmado. «Me gustan los homenajes; creo que me dedicaré más a este tipo de cosas». El regalar el retrato de Salinas a la Universidad Internacional es, para Gregorio Prieto, una forma de eternizar una inauguración. «Es siempre un disparate estrenar una sala de exposiciones, pero me encantan los disparates, me gusta estrenar cosas, porque traigo suerte», y auguró un buen porvenir artístico para esta sala palaciega de abuhardilladas paredes. «Es como esos graneros de las casas grandes donde están guardados los grandes secretos y los lingotes. Por eso me gusta que la sala esté tan alta», dice Gregorio Prieto.
Testigo singular del nacimiento, en los años treinta, de esta Universidad Internacional, Gregorio Prieto opina que con «la nueva época iniciada este verano ocurre lo que con el Vaticano: que siempre pita». «Como la encuentro estos días me recuerda a la Residencia de Estudiantes de Madrid. He viajado mucho, pero a estos dos lugares siempre les he tenido una gran simpatía. En el palacio de la Magdalena se une la camaradería con la elegancia, una elegancia sencilla e intelectual», para añadir que está escribiendo un libro «sobre un secreto de la Magdalena», que no desvela a pesar de la insistencia. «¿Ha visto El gatopardo?; pues por ahí, por ahí va la cosa», dice sonriendo.
