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Amenaza de demolición de uno de los más bellos palacios de Granada

Quieren convertirlo en una residencia de ancianos

La finca Quinta Alegre, antigua residencia de María Berrey Rodríguez Acosta, puede ser demolida en fecha próxima, si no se arbitran medidas que lo impidan. El complejo residencial actualmente es propiedad de las hermanitas de los pobres, y hay un proyecto de demolición y edificación de una nueva residencia de ancianos. La escasez de instalaciones de este tipo en la capital granadina es un argumento utilizado para la posible demolición, que, sin embargo, no tiene en cuenta las condiciones de reparación del actual edificio.

El palacete-jardín, ubicado en la granadina avenida de Cervantes, es obra del desaparecido arquitecto José Giménez Lacal. Edificio expresionista e historicista, se construyó en los años veinte, y hasta hace unos ocho ha sido propiedad de la pudiente familia Rodríguez Acosta, fecha en que fue donada por su última moradora, María Berrey Rodríguez Acosta, a la orden religiosa de las hermanitas de los pobres, con la finalidad de que fuese destinada a actividades benéficas. Las actuales propietarias, tras estos ocho años en que se ha expoliado y saqueado el edificio por personas ajenas, y hasta ha servido de «nido de chorizos», ha decidido construir una residencia para los ancianos, que palie los acuciantes problemas que padecen sus acogidos en la actual casa que poseen en la calle del Gran Capitán.Ante el anuncio del proyecto, el Colegio de Arquitectos de Andalucía Oriental elaboró un informe, que fue enviado a la comisión provincial del Patrimonio Histórico- Artístico, al departamento de Arte de la Universidad y al ayuntamiento, solicitando se adoptase alguna postura que evitara la proyectada demolición. Hasta ahora, Bellas Artes no se ha pronunciado sobre el tema y el asunto está en suspense, pero se espera un dictamen en fecha cercana.

La casa es una excelente obra representativa del prestigioso arquitecto. Tiene sus fachadas ornadas de elementos clásicos, como las barandas, pilastras, frisos, cornisas, columnatas, etcétera. Posee un indudable valor arquitectónico y paisajístico; es un ejemplo irrepetible de lo que fue la arquitectura culta de la Granada residencial de hace más de cincuenta años. Es una de las pocas residencias-jardín que aún se conservan en Granada, a semejanza de la Casa de los Patos semejanza de la Casa de los Patos y otras que tienden a desaparecer. Situada sobre una colina, domina por la parte de atrás toda la vaguada del río Genil y las espaldas de la Alhambra, ofreciendo una impresionante panorámica con únicas vistas del bellísimo perfil de la Granada antigua, con un pétreo relieve de torres y campananos. El jardín, hoy destrozado, al igual que todo el interior del edificio, donde han arrancado puertas, ventanas, solería de mármol, artesonados de madera, etcétera, ofrece un vivo interés, con dos caminos que discurren desde la entrada de la calle hacia la puerta principal, contando con una rosaleda anexa de corte clásico, donde ahora están las columnas arrumbadas y destrozadas.

Fácil y barata restauración

El conjunto, que tiene grandes valores urbanísticos debido a su emplazamiento, que imprime carácter a la zona, contribuyendo a mantener uno de los pocos núcleos verdes que quedan, ofrece posibilidades de restauración no muy difíciles, dado su estado de conservación.

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