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Generalizada conflictividad laboral en el País Vasco

Los seiscientos trabajadores de la empresa Nervacero, que ocupaban desde veinticuatro horas antes el Ayuntamiento de Bilbao, desalojaron a las diez de la mañana de ayer la casa consistorial. Se mantiene, sin embargo, la ocupación de la factoría en Lujúa de Olarra, SA, donde los trabajadores mantienen retenido al jefe de personal. También se iniciaron paros ayer, relacionados con la negociación de los convenios respectivos, en Westinghouse, obras de la central de Lemóniz, Mecánica La Peña y Astilleros Ruiz de Velasco, al tiempo que se anuncian nuevas movilizaciones en Altos Hornos de Vizcaya y General Eléctrica Española.

En su conjunto, estas acciones configuran una de las semanas laboralmente más conflictivas en las márgenes de la ría del Nervión desde el inicio del año.La ocupación protagonizada por los trabajadores de Nervacero, empresa principal del grupo Arbuyo, forma parte del intenso programa de movilizaciones que vienen desarrollando a raíz de la negativa por parte del Consejo de Ministros a dar vía libre al plan de viabilidad previamente pactado. Dicho plan, acordado el día 21 de enero, tras casi tres meses de negociaciones entre la dirección y los trabajadores, implicaba la aceptación por estos últimos de un compromiso de incremento de productividad y congelación salarial a cambio de la concesión de una serie de créditos que garantizasen la continuidad de la empresa. Esta, dedicada a la producción de diversos tipos de acero, puede ser rentable -de hecho tiene pedidos para un mínimo de seis meses- sí se solucionaran los actuales problemas de liquidez, que se han traducido en el desabastecimiento de materias primas desde el mes de octubre pasado.

El Ministerio de Industria prometió un crédito de 1.050 millones si previamente se obtenía un acuerdo con la banca y un convenio de espera con los acreedores. Sin embargo, y pese a que estas dos gestiones -en las que intervino el Consejo General Vasco- resultaron un éxito, el Consejo de Ministros no ha firmado todavía la concesión del crédito, aduciendo razones administrativas. Éste retraso pudiera poner en peligro, a juicio de los trabajadores, los contratos suscritos con los clientes.

Reincorporación en General Eléctrica

Por otra parte, se reincorporarbn ayer a sus puestos los 3.600 trabajadores que componen la plantilla de General Eléctrica Española, tras,el cierre patronal decretado la víspera por la dirección. Para hoy está prevista una asamblea en la que se debatirá el plan de movilización propuesto en respuesta a la última oferta patronal de regulación de empleo, que contempla el desempleo por un año de 311 empleados y el paro rotativo de otros 1.100 trabajadores.En cuanto a Altos Hornos de Vizcaya, ayer se trabajó con normalidad en todas las factorías de la empresa, estando prevista una asamblea que dilucide cuál de las dos propuestas (abanderadas respectivamente por UGT y ELA (a), por una parte, y CCOO, ELA-STV, SU, LAB y CSUT, por otra) existentes en el comité de empresa es mayoritaria.

La nueva suspensión de empleo y sueldo -cuarta decretada por la dirección en un mes- en Olarra, SA, provocó el encierro de los quinientos trabajadores del primer turno de la mañana, que fue proseguido por los turnos posteriores.

En respuesta a lo que consideran «intransigencia patronal» en la negociación de los convenios, y en solidaridad con los trabajadores de Nervacero, varios partidos políticos de izquierda y la central CCOO convocaron una manifestación para la noche de ayer en Bilbao.

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