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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Eficacia educativa

En EL PAÍS del día 26 de diciembre se inserta una Carta del profesor Nicolás Rodrigo atacando como injuriosa para el cuerpo de catedráticos de universidad la línea editorial, suavemente crítica, de su diario. Considero que una sociedad moderna puede solicitar a quienes ha encargado -entre otras funciones- la formación de profesionales algo más que «cumplir». Tiene el derecho a esperar resultados. Y éstos son patentes: la calidad media del graduado español como profesional es un auténtico desastre. Baste decir que en una prueba objetiva como es el examen del Educational Council for Foreign Medical Graduates, muchas facultades de Medicina españolas obtienen resultados inferiores a. varias del Tercer Mundo.Ya sabemos que los catedráticos no son los únicos responsables de esta vergüenza nacional. Pero quizá el método seguido tenga algo que ver. La mayoría pretende que la transmisión de conocimientos -lo de habilidades y actitudes aún no se lo han planteado- se realice según el sistema, propio de la era pre Gütenberg, llamado lección magistral, y consistente en la enumeración de datos, a veces sin citar la fuente, mientras los alumnos toman apuntes de cuya repetición exacta depende el aprobado.

En otros casos, el catedrático escribe un libro, de compra obligatoria o casi. cuya consecuencia -vamos a suponer que no finalidades impedir a los alumnos ponerse en contacto con las fuentes del conocimiento, publicadas en magníficos manuales, muchas veces traducidos, por las personas que en diversos países hacen ciencia. De todos los profesores que tuve, considero el mejor al de Fisiología, que nos recomendó el primer día no asistir a sus clases y, sobre todo, no comprar su libro, sino estudiar el manual americano correspondiente, consultar las dudas y participar en las prácticas.

Por último, mientras que un puesto de profesor en una universidad anglosajona garantiza para los alumnos y el público la cualificación científica y profesional de su ocupante, hay constancia de que a catedrático español puede llegarse por varios caminos: estar capacitado para ello, pertenecer a determinados grupos de presión con uno u otro disfraz, ser hijo de catedrático...

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Supongo que el profesor Nicolás Rodrigo estará de acuerdo conmigo en que, junto a personas internacionalmente reconocidas, se sientan en las cátedras universitarias verdaderos ineptos. Que las revistas científicas españolas sólo sirven para acumular curriculum y que ni las lee nadie ni se envía para su publicación cualquier trabajo que pueda ser aceptado en una revista internacional.

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