La Diputación de Valencia no está dispuesta a asumir la presidencia del Consejo
La Diputación de Valencia no ha decidido todavía sobre la petición formulada por el presidente interino del Consejo y consejero de Hacienda, Enrique Monsonís para que enjugue el déficit de la presidencia, que en el pasado año arroja una deuda de ocho millones de pesetas, si bien fuentes oficiosas señalaron que esta ayuda deben compartirla las diputaciones de Castellón y Alicante, con mayoría de UCD, y no sólo la de Valencia, por el hecho de presidirla un socialista.
La Diputación valenciana hizo frente a un considerable volumen de gastos del organismo preautonómico, tales como mobiliario para sus instalaciones, sueldos de funcionarios transferidos, servicios de coches oficiales y chóferes. En el pasado ejercicio desembolsó más de diez millones, desglosados en cuatro y 6.400.000 pesetas, para saldar las facturas de mobiliario de la sede de la presidencia. Igualmente dependió de la Diputación la nómina del depositario del Consejo, estimada para 1978 en más de dos millones.
La responsabilidad es del PSOE, dice UCD
Según estas fuentes, la petición del centrista Monsonís, más política que administrativa, carga, el déficit contraído por el ex presidente Albiñana a una diputación con presidencia ostentada también por los socialistas, cuando en realidad, desde una óptica puramente administrativa, el tema afecta al conjunto de la comunidad autónoma y, por tanto, a las corporaciones provinciales donde el partido del Gobierno detenta la mayoría.La decisión de retirarse del Consejo, adoptada por la ejecutiva del PSPV-PSOE, ha dificultado, en opinión de fuentes albiñanistas, la clarificación de estas secuelas financieras procedentes de una situación de endeudamiento conocida antes del verano, pues al producirse quince días antes de que entrara a regir el presupuesto para el, nuevo año se ha impedido enjugar las deudas y hacer frente a la nómina de los funcionarios evaluada en unos cuatro millones de pesetas. El presidente interino pretende ajustar la nómina de estos funcionarios al 65% del presupuesto total asignado a la presidencia, en lugar de rebasarlo ampliamente, como en la actualidad sucede. Para ello está en estudio la reorganización de los servicios administrativos de presidencia y transferencia de algunos funcionarios a otras consejerías.
El deterioro de las relaciones entre las dos fuerzas mayoritarias en el País Valenciano -UCD y PSOE- hace de todo punto imposible que la Diputación de Valencia se preste a colaborar sin más con un Consejo presidido por Enrique Monsonís, el más destacado rival de los socialistas.
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