Incertidumbre ante la "cumbre" de la OTAN que decidirá sobre los "euromisiles"
En un clima de incertidumbre y rumores contradictorios, los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de los países miembros de la OTAN se reúnen hoy en Bruselas -en una sesión de trabajo conjunta, primera en la historia del Pacto Atlántico- para decidir la fabricación y despliegue en territorio europeo de 572 misiles Pershing-2 y Cruise, capaces de llegar al interior de la Unión Soviética.
La presión ejercida por Estados Unidos y por Gran Bretaña sobre sus «hermanos pequeños», y especialmente sobre Holanda, aumentó en las últimas horas, mientras, el primer ministro de los Países Bajos, Andreas Van Agt, hacía esfuerzos desesperados para encontrar una fórmula que permita a su Gobierno respetar la opinión del Parlamento -contrario completamente a la modernización del armamento nuclear de la OTAN- evitando, al mismo tiempo, la crisis interna en la Alianza.«Es la decisión más difícil con la que, se ha encontrado mi Gabinete», dijo el señor Van Agt momentos antes de iniciar, a las cuatro y media de la tarde de ayer, la reunión del Consejo de Ministros. Si el Gobierno de Van Agt, una coalición de democristianos y liberales, no encuentra en Bruselas una solución que satisfaga a los Estados generales (Congreso de los Diputados), solución que pasa necesariamente por la negativa, más o menos encubierta, a albergar 48 misiles Cruise en territorio holandés, es muy factible que la Cámara baja plantee un voto de censura que haga caer al Gobierno.
Dimisión casi segura del ministro belga de Asuntos Exteriores.
En Bélgica, la dimisión del ministro de Asuntos Exteriores podría ser cuestión de horas. Henri Simonet, del Parlido Socialista (francófonos) ha anunciado que, contra la opinión del consejo general del PS, defenderá la renovación del armamento nuclear aliado en la reunión del Gobierno que se celebra hoy, pocas horas antes de que la OTAN decida la implantación de los misiles y pocas horas antes también de que el Parlamento belga vote una moción de los socialistas flamencos proponiendo una moratoria de seis meses. «Es muy tarde para que cambie de chaqueta», dijo el señor Simonet, decidido partidario de los nuevos misiles. La dimisión del ministro de Asuntos Exteriores podría encuadrarse en una crisis completa del Gabinete que preside Wilfried Martens.El primer ministro belga hizo pública ayer la carta que ha dirigido al líder soviético, Leónidas Brejnev, en respuesta de la que este envió a todos los jefes de Gobierno de los países miembros de la OTAN, subrayando la importancia que la Unión Soviética concede a la decisión de desplegar los Cruise. «Si nosotros nos vemos obligados a plantearnos esta cuestión», dice Martens, «es porque ustedes han roto el equilibrio, instalando los poderosos SS-20.
Seis meses para negociar
En medio de toda la confusión, el ex ministro belga de Defensa, Van Den Boevnants, democristiano, ha propuesto una solución posible: apoyar la fabricación y despliegue de los nuevos misiles siempre y cuando se añada una cláusula que afirme que si en el plazo de seis meses prosperan las negociaciones con la URSS sobre reducción de armamento, todo quedaría en suspenso.Los ministros de Defensa del Grupo de Planes de Defensa de la OTAN celebraron ayer una reunión en la que, al menos oficialmente, no se habló de los misiles. El presidente del Comité Militar, el general noruego Gundersen, insistió en que los aliados debían ajustar sus presupuestos de Defensa en función de las iniciativas del Pacto de Varsovia. El subsecretario de Defensa norteamericano se quejó, por su parte, de que los países europeos no hacen un esfuerzo en este campo equiparable al que realiza EEUU. Afirmó también que en la reunión se había tratado del ofrecimiento holandés de una brigada con armamento convencional para reforzar las fuerzas de la OTAN estacionadas en la República Federal de Alemania, pero añadió que este tema no tenía relación con los misiles.
