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Los estudiantes madrileños se manifestarán mañana

«Sigue en pie la convocatoria de una gran manifestación estudiantil para mañana, jueves, con participación de los alumnos de las universidades madrileñas Autónoma, Complutense y Politécnica, en prueba de nuestra posición de rechazo global al proyecto de ley de autonomía universitaria», según confirmó a EL PAÍS uno de los miembros de la coordinadora de huelga de la Universidad Autónoma. Hoy, a las 12.30, en el recinto polideportivo de este último centro, los alumnos participarán en una asamblea en la que serán fijados los puntos del programa de acciones para las próximas horas.Los alumnos consultados ayer por EL PAÍS desmienten que la huelga que vienen observando desde hace varios días y las restantes expresiones de desacuerdo tengan un contenido político. «Nosotros aceptamos las pruebas de apoyo y solidaridad por parte de grupos políticos o de otras entidades cualesquiera, pero afirmamos con absoluto rigor que este conflicto tiene un carácter puramente estudiantil y académico.»

Con respecto a los procedimientos seguidos para provocar la retirada de la totalidad del proyecto de ley. los estudiantes confirmaron que «hicimos una solicitud de manifestación legal el pasado día 3, con el propósito de efectuarla el día 13, en aplicación de los diez días de plazo previstos por la ley. Esta solicitud fue denegada: es incierto, por tanto, que nosotros no la hayamos cursado. De todos modos, la convocatoria de tal manifestación sigue vigente. Nosotros, repito, aceptaremos todos los apoyos que se nos brinden, incluso confiamos en la solidaridad de las gentes de la calle. Hemos previsto, también, la próxima celebración de una asamblea de rango estatal».

Aunque los alumnos consultados demuestran un rechazo conjunto al proyecto de ley, están especialmente sensibilizados «a cuatro cuestiones que implica o parece implicar, porque en algunos casos es terminante, y en otros, ambiguo». La primera de ellas es «la amenaza de pérdida de capacidad directiva que pesa sobre algunos estamentos de la vida académica que venimos participando en la gestión de los centros. En el claustro de la Universidad Autónoma, por ejemplo, se observa una representación tripartita y paritaria de profesores, alumnos y personal no docente. A la hora de la verdad, las decisiones que emanan de él son razonables y, sobre todo, democráticas. El proyecto de ley prevé la creación de un consejo social que estaría por encima del claustro: sospechamos que formarían parte de él catorce señores señalados a dedo, más el rector. También se pretende que en el Claustro haya una representación de un 50% de doctores, no de profesores efectivos, ni de penenes, ni de agregados. Rechazamos categóricamente tal pretensión».

Los estudiantes son refractarios a que haya de pesar sobre ellos «la financiación de los centros o el costeo de tasas académicas que alcancen unas 80.000 pesetas anuales». Esto llevaría nuevamente a una universidad segregacionista o discriminatoria, puesto que unos alumnos estarían económicamente capacitados para sufragar las tasas y otros no: quiere decirse que la presencia en las universidades estaría determinada, sobre todo, por una capacidad económica. ¿Que en el proyecto se incluye el mecanismo de las buenas notas como eximente de los pagos? Eso indica que, además de los alumnos pudientes, en la universidad tendrían su sitio los estudiantes listillos. Creemos que la universidad española debe estar pensada sobre todo para el estudiante medio, que es mayoría. Sobre todo, cuando se ha dicho hasta la saciedad que el buen desempeño profesional está sólo relativamente ligado a la brillantez de los expedientes académicos.

El viejo tema de la selectividad preocupa a los alumnos casi tanto como la promoción de las universidades privadas, que también es contemplada en el proyecto de ley. «No estamos contra las universidades privadas, sino contra la desigualdad de condiciones entre unas y otras; no queremos privilegios en ninguna de sus manifestaciones. Por la experiencia que los españoles tenemos con la trayectoria de centros académicos de parecidas características, tenemos derecho a suponer que las universidades privadas pueden ser instituciones de élite. Nos tememos que, en muchos casos, las empresas pidan profesionales de encargo, sólo a determinadas universidades, quizá promovidas por ellas. Igualdad de condiciones, repetimos. En otro caso, estamos dispuestos a enfrentarnos a ellas aunque vuelva a pesar sobre nosotros la violencia de las porras y de los expedientes.»

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Alumnos de institutos

Los estudiantes de centros de enseñanza media, que se mantienen en paro desde el pasado lunes, en protesta por el Estatuto de Centros y por el proyecto de ley de financiación educativa, quieren entrevistarse con el ministro de Educación. Fuentes de la Coordinadora de Enseñanza Media y Formación Profesional de Madrid dijeron a este periódico que ayer se paralizaron 71 centros y hubo paros parciales en nueve y encierros en cinco, todos ellos referentes a Madrid. Los estudiantes han protestado por la represión policial de que fue objeto una manifestación que organizaron el pasado jueves.

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