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El conflicto UGT-PSOE marca los debates de los socialistas vascos

El debate sobre la gestión de la ejecutiva y demás órganos de dirección del partido, que ocupó la mayor parte del tiempo de la jornada de ayer del Segundo Congreso del Partido Socialista de Euskadi, permitió confirmar que temas como el de Navarra, las relaciones con UGT y la articulación de la política nacional con la política de clase marcan la línea de demarcación entre las distintas corrientes.

La gestión de la ejecutiva fue aprobada con el 75% de los votos a favor. Tanto las cuatro «enmiendas a la totalidad» al informe presentado la víspera. por Txiki Benegas, como las intervenciones críticas a aspectos concretos de dicho informe se centraron en la polémica sobre la relación entre una política de clase y las respuestas dadas a la cuestión autonómica. Pero el sentido de estas críticas no era homogéneo, pues mientras unas intervenciones acusaban a la ejecutiva de haberse dejado influir excesivamente por la presión nacionalista, con relativo olvido de los aspectos más específicamente obreros, otros delegados subrayaban que el PSE no se habla distanciado suficientemente de la línea marcada a nivel central por el PSOE, desfigurando así el aspecto específicamente vasco del PSE.Las respuestas de Txiki Benegas, en su turno de réplica a esta doble serie de críticas, se centró en la explicación de las dificultades, por razones tanto históricas como actuales, de articular coherentemente ambos aspectos en una sociedad tan polarizada como la vasca. Esta argumentación no evitó, sin embargo, que un 33% de los delegados votasen en contra o se abstuviesen respecto a la gestión de la comisión nacional. La diferencia entre los votos de censura cosechados por esta última y los obtenidos por la comisión ejecutiva puede quizá atribuirse al prestigio personal de Benegas, a quien, en general, la base no hace responsable de la línea que le viene impuesta por el órgano nacional.

Por lo demás, es muy significativo el voto de censura obtenido por la comisión de conflictos, cuya gestión fue rechazada por el 49,8% de los delegados, absteniéndose el 32% de los mismos. Para nadie es un secreto, en efecto, que esta votación constituye un adelanto de los debates que se producirán en la sesión de hoy en torno al conflicto entre la UGT vasca y la dirección del partido. Esta expedientó hace algo más de un año a una parte significativa de la dirección del sindicato, bajo la acusación de haber aceptado participar en una lista unitaria en la que no todos los miembros eran militantes del partido, en contra de la orientación de este último. La comisión de conflictos decidió, tras haber congelado el tema durante largos meses, desestimar las sanciones propuestas. Los votos negativos, ahora concentrados contra dicha comisión de conflictos, son el resultado de la suma de los votos de quienes están en desacuerdo con el levantamiento de la sanción y quienes le reprochan la lentitud con la que procedió.

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