_
_
_
_
_

Sectores de UCD estudian una alternativa a largo plazo pam Suárez

Soledad Gallego-Díaz

La última crisis provocada por el asesinato de tres altos mandos militares y el atentado a la cafetería California 47 de Madrid ha motivado en el partido gubernamental, Unión de Centro Democrático (UCD), y especialmente en su grupo parlamentario, el deseo de plantear a nivel interno y a largo plazo la búsqueda de una cierta solución de recambio para el presidente del partido y del Gobierno, Adolfo Suárez.

Fuentes centristas consultadas por EL PAÍS confirmaron que esa posibilidad está sobre el tapete, pero que no debía interpretarse como una operación a corto plazo, sino como un lógico deseo de tener prevista la posibilidad de una crisis, de mayor envergadura que la pasada, que hiciera imprescindible que el señor Suárez presentara su dimisión. El debate interno sobre la solución de recambio se orienta en un mayor grado -dado que parece imposible una crisis de tal alcance si el proceso de consolidación de la demiocracia se afianza- hacia el segundo congreso nacional de UCD, que tendrá lugar en 1980, y en el que una parte de Union de Centro Democrático quisiera ver planteadas alternativas al señor Suárez.Algunos diputados de UCD se han apresurado a estimar que, en el hipotético caso de una crisis grave, el partido debería recurrir a personalidades como la de Leopoldo Calvo Sotelo, desvinculado de las tres tendencia ideológicas de Unión de Centro Democrático y bien visto por los poderes económicos y militares. El señor Calvo Sotelo se encuentra alejado plenamente de estas tesis. Otras fuentes, cercanas al actual Gabinete, descartaban cualquier análisis basado en la consideración de una crisis presidencial grave, pero estimaban posible que en el próximo congreso empiecen a perfilarse alternativas personales a Adolfo Suárez. No sería descartable que, en la búsqueda de esa alternativa, sectores democratacristi anos y socialdemócratas intentaran un acuerdo tácito.

La mayoría de las fuentes centristas consultadas concedían gran importancia al desarrollo de las asambleas provinciales de UCD, previstas para el próximo mes de septiembre. Del análisis del resultado de dichas asambleas y de los sectores que resulten victoriosos en ellas, será posible calibrar la fuerza del actual equipo dirigente del partido y la labor realizada por su secretario general, Rafael Arias Salgado. El señor Arias Salgado deberá resistir los embates de otras personalidades del partido deseosas de alcanzar la secretaría general, y cuya estrategia se ha planteado también a largo plazo Entre estas personalidades se apunta el nombre de Rodolfo Martín Villa, ex ministro del Interior y hombre de gran influencia todavía, tanto en el Grupo parlamentario de UCD como en la estructura provincial del partido.

Recomposición del consenso

Por el momento, las miradas de los parlamentarios centristas se dirigen hacia el señor Suárez y su momentánea decisión de no crear la comisión permanente del comité ejecutivo. El consejo político de UCD, que debía haberse reunido el pasado día 30 de mayo, fue aplazado a la vista de los últimos acontecimientos políticos y se ignora cuándo se realizará la nueva convocatoria. Un sector cada vez más numeroso del partido gubernamental desearía que el consejo político debatiera como uno de los puntos fundamentales la sLtuación económica por la que atraviesa el país. Para este sector, la crisis económica hace cada día más necesario un pacto; el índice de inflación ha superado los niveles previstos en el plan Abril, y en otoño podría ser necesario revisar cientos de convenios colectivos. El pacto económico podría completarse con una recomposición del consenso político para sacar adelante con rapidez muchas de las leyes orgánicas remitidas al Congreso, y especialmente las relacionadas con las comunidades autónomas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La necesidad de un pacto económico no es rechazada, incluso, por el máximo defensor de la política liberal, Joaquín Garrigues. El señor Garrigues defiende sus tesis, pero no oculta el alto costo de las mismas.

La decisión final está en manos del vicepresidente para Asuntos Económicos, Fernando Abril, y del ministro de Economía, José Luis Leal. El señor Abril está siendo fuertemente contestado dentro de su partido y parece irritado por el fracaso de su plan, hasta el extremo de recluirse momentáneamente y desaparecer del primer plano de la política.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_