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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Una experiencia válida para un planteamiento democrático

Director técnico de Planeamiento Metropolitano de CoptacoEl programa de planeamiento para Madrid, que Coplaco presentó públicamente en enero de 1978 y se encuentra actualmente en desarrollo, incluye como pieza importante del mismo el llamado Programa dé Acciones Inmediatas (PAI), que fue concebido desde el primer momento con un doble objetivo. Por una parte se trataba de detectar, inventariar y valorar jerárquicamente los problemas concretos más acuciantes de la situación actual en la conflictiva realidad metropolitana, para producir, en consecuencia, un razonable programa de acciones administrativas, encaminado a dar solución en corto plazo a esos problemas. Por otra parte se pretendía simultáneamente obtener una base de conocimiento detallado de esa problemática, para proceder a la elaboración de un nuevo plan general que sustituya al de 1963.

Conceptualmente, esta operación descansa sobre la necesidad de un nuevo enfoque del planeamiento. El planeamiento tradicional, cuya quiebra es históricamente comprobable, se basaba en la ilusión de que el futuro urbano podía ser totalmente previsto y formalizado de antemano en un documento global inalterable. Frente a esta concepción, se ha ido abriendo camino el hecho de que la actividad planeadora tiene que ser en una gran medida un proceso constante de intervención, como una parte de la política local, que ayude a la toma de las decisiones más adecuadas para cada problema. En una situación democrática ello introduce un nuevo factor decisivo: la necesidad de una auténtica participación de la población local en la mejora de su entorno y, en general, en la construcción de su ciudad. Esta exigencia puede atenderse más eficazmente sobre la base de una fragmentación territorial en la cual a cada unidad de estudio pueda corresponder un cierto grado de autoconocimiento social.

Es con base en este planteamiento como fue concebido el PAI. A ello obedece la división territorial establecida y la convocatoria de comisiones mixtas entre ciudadanos y Administración para organizar la participación pública en cada fragmento de ciudad. La experiencia está desarrollándose ya de este modo en nueve sectores, yendo a entrar en juego próximamente los siete restantes que completan el total del área metropolitana. Para el resto de la provincia se están poniendo en marcha operaciones semejantes, con otro nivel de diagnóstico.

El rodaje de la operación permite señalar que desde el comienzo de la misma se han producido algunos hechos que han repercutido en su desarrollo, lentificándolo y dificultándolo, y que es importante tener en cuenta.

En primer lugar hay que consignar la aparición de reacciones adversas de muy distinta procedencia, que se han traducido en recelos, incomprensión y oposición, tanto por parte de quienes no quieren que los ciudadanos se informen, participen y exijan, como por parte de los que siguen deseando aplazarlo todo hasta después de un cambio radical de las estructuras. Conviene dejar constancia de que algunas de estas reacciones son suficientemente importantes políticamente como para que pueda peligrar la continuidad de la experiencia.

En segundo lugar, no puede minimizarse la incidencia del nuevo calendario político, que intercala un doble proceso electoral. Ello se manifiesta en cambio de actitudes, de carácter electorista, así como en una interinidad administrativa que obliga a aplazar la culminación de la operación (que sería la formulación de un verdadero programa de inversiones) ante la dificultad de arrancar compromisos en estos momentos a los organismos inversores.

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A pesar de todo esto, la validez de la experiencia y la conveniencia de su continuación se ponen de manifiesto al hacer algunas consideraciones que pueden mantenerse con independencia del calendario político inminente, así como de su resultado. Los principales aspectos a destacar serían los siguientes:

a) El PAI es un conjunto de estudios, objetivamente válidos por sí mismos, como base exhaustiva de información minuciosa, fiable y actual, para el conocimiento de la realidad urbana de Madrid.

b) El PAI proporciona, a partir de esa información, un diagnóstico ajustado y realista de la situación, detectando, valorando y jerarquizando una problemática que requiere inmediata atención.

c) El PAI proporciona también, a partir de esa información y de ese diagnóstico, un conjunto de propuestas concretas de actuación, en orden a la corrección de problemas y carencias (vivienda, equipamiento, infraestructura y planeamiento), deducidas de un análisis riguroso y localizado, así como de las necesidades sentidas y expresadas por los ciudadanos que los tienen más próximos. De esta manera, el PAI se convierte en el inventario ordenado y jerarquizado de las reivindicaciones ciudadanas.

d) Ese conjunto de propuestas constituye una completa tabla de referencia para que los programas de inversiones de los organismos de la Administración puedan ser contrastados con una escala de prioridades reales, lo cual permitirá dirigir dichos programas hacia la resolución de los problemas detectados.

e) El PAI es una experiencia de aprendizaje social, la primera que se hace en el país a esta escala, para instrumentar una forma real de participación pública en la toma de decisiones sobre el futuro de la ciudad, que abre una nueva vía de colaboración entre los ciudadanos y la Administración.

f) El PAI es una experiencia de puesta a punto de una nueva forma de planeamiento, sustitutoria o complementaria de la tradicional. No se trata de una insólita ocurrencia, sino que se inscribe en toda una línea de reflexión y de acción que viene orientando desde hace tiempo experiencias avanzadas en otros países, en un intento de instrumentar nuevas formas de planeamiento más eficaces que las tradicionales.

g) El PAI es el camino lógico y viable de aproximación a una revisión del planeamiento vigente, superando anteriores experiencias tecnocráticas y de acuerdo con las condiciones políticas actuales.

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