Retorno de Carmen CaIvo

Tres años después de la última experiencia expositiva en la galería Temps, junto a Miquel Navarro, en Valencia, Carmen Calvo retorna sola con una veintena de obras a la galería Yerba, de Murcia. Desde aquella muestra de 1976 a la presente, la pintora valenciana ha recorrido una dilatada trayectoria que va del encuentro, la recopilación y la reconstrucción de una serie de vestigios que nos remiten a la arqueología y la prehistoria, a la propuesta actual en la que aborda el paisaje a través de las pequeñas formas de barro cocido, la astilla de un lápiz o el trozo de un papel de lija.Esta exposición, que es, de alguna manera, una síntesis de cinco años de trabajo, recoge tres tipos de propuestas bastante diferenciadas: las obras a base de arcillas, atadas sobre el lienzo, en su cromatismo original o prolíficamente coloreadas; los objetos del artista -a la manera conceptual- en forma de una caja de pinturas o la maleta del pintor: los paisajes -con referencias a un Francisco Lozano o un Ortega Muñoz- en los que la tradicional pincelada del artista o la técnica habitual del óleo aparecen aquí subvertidos a través de chorritones de barro, fragmentos de azulejos, trozos de tela.

En líneas generales, podemos afirmar que el trabajo de Carmen Calvo, estando próximo en algún sentido al del ceramista y escultor Miquel Navarro, sigue derroteros muy distintos, habiendo logrado, a través de recursos artísticos ajenos a la pincelada gruesa al óleo o las tintas planas con acrílicos, un lenguaje diferenciado.

Estamos, pues, ante una obra que, sin perder de vista una visión lúdica y mediterránea de la pintura, consigue aportar, en un trabajo metódico y ordenado, nuevos recursos expresivos que configuran en la práctica una innovadora visión de la pintura.