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El PC marroquí volverá a reivindicar Ceuta y Melilla

Después del Istiqlal (Partido Nacionalista Conservador), los independientes y los socialistas, el Partido Comunista marroquí, que por decisión del Tribunal Supremo de 1959 se llama hoy Partido del Progreso y del Socialismo (PPS), comienza mañana, en Casablanca, su segundo congreso que lleva ese nombre. Asistirán unos 850 delegados de todo el país y numerosos invitados extranjeros. El PCE español, que no invitó a los marroquíes a su congreso, ha sido invitado, aunque al parecer no enviará ninguna delegación para no comprometerse en el tema de Ceuta y Melilla, ciudades que serán reivindicadas en el congreso.La situación creada en el Sahara, la profundización del proceso de democratización de Marruecos y la introducción de reformas en las estructuras económicas del país son los tres grandes temas que discutirán los comunistas marroquíes los tres días que durará su congreso.

Con respecto al Sahara, el PPS propone un reforzamiento del Ejército y del frente interno como única alternativa a la situación actual que ellos consideran amenazante. El Sahara, se dice en uno de los apartados del proyecto de documento, no es, sin embargo, más que un aspecto de la lucha por la integridad territorial. «El otro está representado por la persistencia de la colonización española en Ceuta, Melilla, las islas Chafarinas y los presidios.»

En el aspecto interno el PPS propone la formación de un Gobierno de coalición nacional, en el cual participarían los comunistas. Mohamed Mucharik, miembro del buró político del PPS, preguntado por EL PAIS si esa petición era realista, declaró que sí, que en su opinión el poder no teme demasiado la participación de los comunistas, porque, en el fondo, el 67% del potencial económico de Marruecos ya está en manos del Estado

Al comenzar su segundo congreso, los comunistas marroquíes se muestran relativamente satisfechos del nivel de democracia logrado. La legalización de los partidos, la liberación de numerosos presos políticos, el levantamiento de la censura de prensa y la celebración de elecciones, aunque hayan sido imperfectas, son valoradas positivamente.

No obstante, el PPS estima que la situación política y social es inquietante. Como males señala un paro sin precedentes, la corrupción en gran escala y la «escandalosa carestía de la vida y alza de alquileres». El PPS critica sobre todo la política exterior marroquí, muy en particular la intervención de Marruecos en Zaire, el apoyo a la solución unilateral del conflicto árabe-israelí propugnada por Sadat y el hospedaje brindado al sha de Irán.

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