La dirección de SKF se declara impotente para solucionar el problema laboral
La dirección de la fábrica de SKF en Tudela, ante el grave momento laboral por el que atraviesa la empresa, ha difundido un comunicado en el que se declara «impotente para solucionar el problema, que trasciende de unos límites puramente industriales, pasando a términos fuera de su control de influencias y área de circulación».
El conflicto, iniciado por la falta de acuerdo en las negociaciones del convenio, comenzó el pasado 11 de enero, cuando la plantilla -alrededor de quinientos trabajadores- decidió realizar paros parciales de cuatro horas diarías. El pasado 18 de enero la empresa procedió a declarar lock-out, abriendo la factoría cuatro días después. Desde el 23 de enero, los trabajadores de SKF mantienen una huelga legal.
Sobre este punto, la dirección de la empresa ha manifestado que, desde el principio, ha ofrecido el máximo que la ley permite para sociedades estatales cuando la situación económica sea deficitaria o el nivel salarial sea superior a la media del sector correspondiente, consistente en un incremento del 11% sobre la masa salarial del año pasado. Sin embargo, la dirección de SKF advierte que «en estos momentos la reanudación de las actividades de la fábrica depende exclusivamente del personal y, a tal efecto, la empresa declara expresamente su intención de reanudarla en el momento en que el personal decida defender su puesto de trabajo sobre cualquier otro móvil, expresando su voluntad mayoritaria en tal sentido y remitiendo esta actitud a unos cauces lógicos. No obstante no ocultamos la posibilidad de que, cuando llegue este momento, el deterioro económico haya alcanzado extremos que hagan imposible el mantenimiento de esta postura por la empresa».
Por su parte, los trabajadores, que mantuvieron este fin de semana un encierro en una iglesia de Tudela, han señalado que su decisión de ir a la huelga se debe «únicamente a la intransigencia de la dirección».
