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Orden riguroso en el funeral por los dos militares

El silencio absoluto -ni siquiera hubo homilía-, apenas roto por un cornetín de órdenes, y el más riguroso orden militar, sin que pudiera advertirse ni un gesto que desentonase la solemnidad fúnebre, fueron las notas dominantes del funeral celebrado ayer en el patio del Cuartel General del Ejército por el general Juan Sánchez Ramos-Izquierdo y el teniente coronel Juan Antonio Pérez Rodríguez, muertos en atentado el pasado viernes.

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Ante el altar se había situado una alfombra sobre la que fueron colocados los dos féretros y, a ambos lados, sitiales preferentes para los familiares de las víctimas y para las autoridades militares.Presidió el acto el ministro de Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado, acompañado por la Junta de Jefes de Estado Mayor, presidida por el teniente general Felipe Galarza e integrada por el teniente general De Liniers, almirante Arévalo y teniente general Alfaro, jefes de Estado Mayor del Ejército, Armada y Aire, respectivamente.

Estuvieron presentes en el acto el capitán general de Madrid, teniente general Gómez de Salazar; el director general de la Guardia Civil, teniente general Oliete; el inspector de la Policía Armada, general de Lara, sin que ninguno ocupase lugar preferente o reservado, y un alto número de suboficiales, oficiales, jefes y oficiales generales de los tres Ejércitos, Guardia Civil y Policía Armada.

Los féretros de los dos militares asesinados llegaron al patio del Cuartel General a hombros de compañeros desde el salón de embajadores, donde se había instalado el viernes la capilla ardiente.

Ofició la ceremonia fúnebre el vicario general castrense, monseñor Benavent, acompañado por ocho capellanes castrenses. La ceremonia no tuvo tampoco ninguna solemnidad especial, salvo la interpretación del himno nacional tras la consagración, y de un motivo religioso a lo largo de la comunión, que fue distribuida a un alto número de asistentes.

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Sólo al finalizar la ceremonia, monseñor Benavent dirigió unas palabras «en nombre de la Iglesia», que fueron un sencillo pésame a los familiares de los dos militares asesinados. Las esposas de ambos y sus hijos esteriorizaron su emoción en muchos momentos. El teniente general Gutiérrez Mellado, los miembros de la Junta de Jefes de Estado Mayor y militares asistentes dieron el pésame a los familiares, para retirarse seguidamente.

Entierro en La Almudena

El féretro que contenía los restos del general Sánchez Ramos-Izquierdo fue trasladado al cementerio de La Almudena, hasta donde llegaron los familiares, el jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general De Liniers, y el capitán general de Madrid y numerosos compañeros. El acto tuvo carácter estrictamente íntimo. En el momento de recibir sepultura en el panteón familiar, un teniente coronel inició el rezo del Padrenuestro, que fue seguido por los asistentes.

Los restos del teniente coronel Pérez Rodriguez llegaron a El Ferrol a última hora de la tarde de ayer y quedaron instalados en el Hospital de Marina. Para hoy a las diez de la mañana está prevista la celebración de una misa y posteriormente tendrá lugar el entierro.

En varias ciudades se han celebrado misas en sufragio de las víctimas, con carácter estrictamente castrense. En Madrid, y en el lugar donde fueron asesinados el general y su ayudante, se ha colocado una bandera nacional con un crespón negro.

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