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Declaraciones del príncipe Carlos enfrentan a católicos y protestantes

Se ha agravado el tono de la nueva guerra religiosa entre católicos y protestantes, entablada a partir de unas declaraciones polémicas del príncipe Carlos de Inglaterra.El arzobispo católico de Glasgow, reverendo Thomas Winning, reafirmó ayer los ataques que lanzó el pasado fin de semana contra las críticas doctrinales indirectamente formuladas por el heredero de la corona británica ante la conferencia anual del llamado Ejército de Salvación.

Textualmente, el príncipe de Gales dijo que «cuando la gente está todavía indecisa sobre lo que es bueno y es malo, parece que es peor que una locura el que los cristianos tengan que enfrentarse sobre cuestiones doctrinales, que no pueden más que causar problemas e inconvenientes a un cierto número de personas».

Muchos cristianos británicos, pero sobre todo las jerarquías de la Iglesia Católica, interpretaron inmediatamente estas palabras del príncipe como una referencia y un ataque a la reciente negativa del Vaticano a acordar una dispensa al príncipe Michael de Kent, primo de la reina Isabel, que acaba de contraer matrimonio con la baronesa católica austríaca Marie-Christine von Reibnitz.

El arzobispo de Glasgow fue el primero en reaccionar oficialmente afirmando que el príncipe de Gales haría mucho mejor en dedicarse a poner su propia casa en orden. «Usted no puede -agregó Thomas Winning- tener a un católico sobre el trono de Gran Bretaña y el príncipe no puede tener una esposa católica. Esto también es un dogma.»

En una intervención posterior, el arzobispo volvió a repetir todas sus críticas del fin de semana, defendiendo la línea perfectamente definida que sigue la Iglesia Católica sobre numerosas cuestiones, incluido el tema de los matrimonios mixtos.

«Me gustaría saber -indicó el prelado con ironía- qué es lo que tiene que decir el príncipe Carlos, sobre la ley de Sucesión... Todos estamos luchando para conseguir la igualdad de derechos y la justicia y dicha ley está llamada a permanecer en los códigos, como si hubiera un peligro fundamental para las Islas Británicas o para la Commonwealth. Esto constituye un terrible desprecio para los católicos.»

Un portavoz oficial de Buckingham Palace insistió en que el príncipe Carlos escribió por su propia cuenta el discurso que pronunció ante los delegados del Ejército de Salvación, y que lo dicho es de su exclusiva responsabilidad. En determinados círculos eclesiales corrían rumores sobre un presunto acuerdo previo entre el príncipe y el arzobispo de Canterbury, con quien el heredero del trono inglés mantiene excepcionales relaciones de amistad y colaboración.

Por el sector protestante -la mayor parte de cuyos dirigentes jerárquicos respaldan las palabras de Carlos-, el obispo anglicano de Worcester, Robert Woods, antiguo capellán de la reina, ha salido en defensa de Carlos de Inglaterra, sosteniendo que sus afirmaciones representan el parecer de muchos británicos de dentro y de fuera de las iglesias anglicanas.

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