Oreja: "La base de Gibraltar, un peligro para la seguridad de España y sus habitantes"
El ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, denunció ayer, ante la Asamblea General de la ONU, «el peligro para la seguridad de España y de sus 36 millones de habitantes», que representa la existencia de una base militar impuesta por Gran Bretaña en el «enclave colonial» de Gibraltar.
El señor Oreja pronunció un discurso en la sesión especial sobre desarme que celebra actualmente la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, y a la que asisten delegaciones de los 149 países miembros de la Organización. La alusión a Gibraltar, hecha en términos inusualmente duros, no estaba prevista en el texto inicial del discurso del ministro español y, según todos los indicios, fue introducida a última hora como respuesta a los comentarios irónicos hechos en Washington, dos días antes, por el premier británico, James Callaghan.Cuando un periodista español preguntó el pasado miércoles al primer ministro inglés acerca de los rumores que indicaban que la devolución de Gibraltar a España podría ser el precio exigido por el Gobierno de Madrid para que nuestro país se integre en la OTAN, el señor Callaghan respondió: «¿Quién ha hablado de devolver la roca? ¿Es eso otra propuesta norteamericana?», el ministro español comentó en la noche del jueves, al llegar a Nueva York, que esa contestación parecía «un reflejo imperialista hecho en un momento de mal humor», por el jefe del Gobierno británico.
Bases extranjeras
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, el señor Oreja dijo que entre los principios fundamentales que deben guiar la sesión especial sobre desarme se encuentra el que hace referencia a las bases militares extranjeras en el territorio de un Estado, sin su consentimiento, que representa «una amenaza permanente para el establecimiento de una genuina y efectiva seguridad nacional y regional y, por consiguiente, para el fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales».
El ministro añadió que «como es sabido, en el territorio español subsiste un enclave colonial que mi país reivindica y en el que se halla establecida la base militar de Gibraltar». Mencionó seguidamente el señor Oreja, «el peligro para la seguridad de España y de sus 36 millones de habitantes que representa la imposición de dicha base militar, y el grave riesgo que su proximidad lleva aparejado», para concluir su alusión a la colonia británica diciendo que la base militar es un elemento que aumenta la complejidad de la cuestión en las conversaciones bilaterales que mantienen España e Inglaterra sobre la roca, «y espero que todas. las partes interesadas sean conscientes de ello».
A lo largo de su discurso, el ministro destacó los siguientes temas:
«El Gobierno español incluye la cuestión del desarme entre los capítulos esenciales de su política.
El refuerzo de la seguridad, el progreso de los pueblos y el respeto a los derechos humanos son nuestros objetivos prioritarios.»
«España no es un país lanzado en la carrera armamentista: ni por el volumen de armamentos que posee, ni por los que produce, ni por su participación en su comercio. »
«En materia de desarme hace tiempo que el mundo perdió su inocencia. »
«Hace falta buscar términos nuevos y más eficaces y reformar el tratamiento del desarme. Esta debe ser una nueva etapa. »
«En el fondo de la cuestión del desarme está la seguridad. En su dimensión regional y global. »
«Consideramos útil la aplicación del criterio regional a Europa. Esta región no puede desentenderse de lo que pase en el área mediterránea. Entendemos que la reducción de los focos de tensión y la cooperación de los Estados ribereños y la búsqueda de una seguridad estable en esta zona, son factores imprescindibles.»
«El progreso tecnológico no debe ser interferido por el desarme. »
«El desarme debe revertir en beneficio de los menos desarrollados.»
« Es lógico que los Estados con arsenal nuclear mantengan un diálogo bilateral. Es necesario reformar o reemplazar la Conferencia del Desarme en Ginebra. La ONU no puede quedar marginada de este debate.»
«España no quiere los arsenales nucleares, ni para nosotros, ni para nadie.» El tratado de Tlatelolco merece la calificación de ejemplar.
Entrevistas en Nueva York
Durante la mañana de ayer, el señor Oreja se entrevistó brevemente con los ministros de Asuntos Exteriores de Somalia, Sierra Leona, Angola y Tanzania, países todos ellos que no habían sido visitados por el ministro español en sus recientes giras por Africa.
Por la tarde, Marcelino Oreja se entrevistó con el secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, durante una hora, y con el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Owen, para concluir la jornada con una entrevista con el secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, otra con el ministro yugoslavo y una cena en la residencia del embajador español en las Naciones Unidas, Jaime de Piniés, a la que asistió el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Ibraim Karnel.
Posteriormente, el señor Oreja, en una rueda de prensa, manifestó que los temas de Gibraltar y del posible ingreso de España en la OTAN están interrelacionados, añadiendo que España no puede entrar en la Alianza Atlántica mientras exista una base de ésta enclavada en su territorio.
El ministro español señaló que en el curso de la entrevista con,su colega británico, David Owen, le mostró su sorpresa por el comentario irónico hecho el pasado miércoles por el premier británico, James Callaghan, añadiendo que eso no facilitaba el diálogo con España. Owen respondió que se había tratado de una «broma» del jefe de Gobierno inglés en una rueda de prensa.
«Puede decirse que el tema está zanjado, que las conversaciones han sido constructivas y que se han realizado avances», dijo el señor Oreja, quien anunció también que dentro de una semana se reunirán los grupos de trabajo para estudiar temas como las pensiones de los trabajadores españoles en Gibraltar y las comunicaciones marítimas y telegráficas.
En cuanto a su entrevista con el secretario norteamericano de Estado, Cyrus Vance, el ministro español dijo que habían tratado de la próxima reunión del consejo hispano-norteamericano y que Vance le había informado de la cumbre de la OTAN celebrada en Washington. Por último, el señor Oreja dijo a los periodistas que el motivo central de su entrevista con el secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, era pedirle su intervención para conseguir la libertad de los pescadores españoles apresados por el Frente Polisario.
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