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Entrevista con Josep Roig, ministro de Agricultura de la Generalitat

«... -¿Usted cree que es necesario tender hacia una reforma de la estructura productiva del campo, tanto para conseguir una mayor rentabilidad de la producción como para un mayor equilibrio social?- Sí, que duda cabe. Pero mire, este problema de la modificación de las estructuras ha sido un tópico en el que yo no quisiera volver a caer. Qué duda cabe que se ha de modificar, pero nadie habla de lo que ya se ha modificado. En el proceso de desarrollo del país con todas las desventajas del mundo, el campo no se ha quedado atrás. Ahora bien, se ha tenido que hacer con un sacrificio a costa de un trabajo y de todo un esfuerzo económico que, muchas veces o casi siempre, no se han visto compensados. Porque el campo y todo este esfuerzo lo son para producir unos productos, y en cuanto a estos productos se les hace. una guerra, se les hace una competencia artificial, y, a veces, desleal, por mucho que se cambien las estructuras, el campo no podrá vivir. No sólo se trata de cambiar estructuras, que mucho se ha hecho. La gente ya se va adaptando. De lo que se trata es de que se acabe de una vez esta política que podríamos decir de protección desmesurada al consumo, y pensar, que las gentes del campo también son consumidores; que las gentes del campo también han de vivir y que, naturalmente, no podrán hacerlo por muchas estructuras que cambien si al final se les hace una guerra con los precios. (...)

Usted, que tan vinculado está al cooperativismo, ¿a qué nivel se encuentra en nuestro país y qué papel puede desempeñar el sistema de cooperativas en la economía agrícola de Cataluña?

- El comportamiento es la base general de desarrollodel campo. Si la empresa familiar, como explotación agrícola, continúa siendo, hoy por hoy, el ideal, tiene, sin embargo, pocos medios para la transformación y la comercialización. El cooperativismo permite el individualismo, en el sentido estricto de la pálabra, en cuanto a la explotación agraria, pero también a la concentración para la industrialización, la transformación y comercialización de los productos. No creo que pueda haber una buena política en el campo sin el cooperativismo que, por otro lado, no inventa nada. Hemos de hacer del cooperativismo agrario la primera arma de defensa del campo. (...)

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-¿Qué instrumentos legislativos o institucionales debe recuperar o crear la Generalitat en relación con su futura política agraria?

-Como todos en general, un país y un gobierno han de poder legislar. Los instrumentos no sólo para este departamento, sino para todos, son que Cataluña, que como bien dice nuestro presidente, vuelve a gobernarse, pueda pues legislar a través de su Parlamento, una vez aprobado el estatuto...»

21 diciembre

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