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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Desnudos, humor y política

Antonio D. Olano ha saboreado el éxito del café-teatro. Y quiso llevar el mismo estilo a las tablas grandes. Para ello contó con la colaboración de Juan Pardo, cuya calidad musical no vamos a discutir ahora. Y así, entre libreto y música, pusieron en pie, en el Muñoz Seca, un divertimento en donde se oye música, en donde se ven -por absoluta exigencia del guión- tantos desnudos como intérpretes, y donde, de paso, uno se ríe a ratos, muy a gusto.Para que nadie pueda verse sorprendido, nada más levantarse el telón, el elenco completo luce sus desnudeces integrales. Después, poco a poco se van vistiendo. No se trata de que el desnudo sea un algo al que se llega después de un proceso, no. Es un desnudo en principio y por principio, para decir: ¡hala, ya está! Y bien, ya está. Después un lsidro cualquiera, con los consejos de un Quevedo, va recorriendo algunos lugares típicos del Madrid de hoy: desde la boutique que tiene un aire de rebotica de modernidad (por lo que tiene de crítica y tertulia), hasta el auténtico local de localización de secretarias fin de semana, o el pequeño círculo gay. Todo ello es simple. Pero Olano ha sabido salpicar con gran ingenio cada frase de una intención, de una alusión, de una crítica. Cientos de personajes fácilmente reconocibles pasan por la escena, en esa gran virtud de Olano de la insinuación, la ironía, la alusión velada.

Madrid, pecado mortal

De Antonio D'Olano. Música de Juan Pardo. Escenografía: José Asensi. Productor: Andrés Magdaleno. Dirección: Ardiz. Intérpretes: José Albert, Amel Amor, Tania Ballester, Nicky Bravo's, Paco España, Cristina Gene, Miguel Angel Godo, César Godoy, Beatriz Savón, Paco Andrés Valdavia y Angel Luis Yusta. Teatro Muñoz Seca.

El público se ríe.

En Madrid, pecado mortal se conjugan los elementos que pueden llevar al éxito: hay desnudos -muchos-, hay música, hay críticas, hay humor, hay política. No hablamos de calidades dramáticas. En esto ocurre como con la música: nadie habla de calidades en la canción del verano. Este puede ser el éxito del verano.

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