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Los vecinos de As Encrobas siguen esperando soluciones

¿Qué pasa con el traslado de población de As Encrobas (La Coruña)? El corresponsal de EL PAIS estuvo ayer en el Municipio afectado por las expropiaciones de Lignitos de Meirama, SA, y recogió información de diversas fuentes en el momento en que se iniciaba sobre el terreno una de las muchas reuniones celebradas por la comisión de afectados y representantes de la empresa que va a explotar la central térmica de Meirama.

«No es cierto que las cosas vayan tan bien como dijo la empresa interesadamente -contestó Cesáreo Pena, de la comisión negociadora-. En realidad el único punto en el que se avanzó desde el 20 de febrero fue en el tema de los arrendatarios, unos diez, para los que se consiguió que se les ofrezcan terrenos equivalentes a doce cerrados y la construcción de una casa. En todo lo demás estamos como estábamos.»Desde el 20 de febrero, fecha en la que Lignitos de Meirama se avino a negociar, horas después de que se celebrase en La Coruña una accidentada manifestación, las negociaciones, moderadas por el abogado del Estado Fernando García Agudín, transcurrieron por diversas etapas. La empresa ofreció tierra situada en el municipio de San Saturnino que no resultaron satisfactorias para los vecinos. «Aquello -contaron a EL PAIS-era un páramo sin agua y sin nada, si se compara con lo que hasta ahora tenemos en As Encrobas.» Más tarde, Lignitos ofreció la posibilidad de que los vecinos que hay que trasladar de población eligieran entre los terrenos situados en tres sitios próximos a la capital provincial. «Dijimos que sí, que estábamos de acuerdo, y nunca más se supo. La empresa lo que hace ahora es dar largas al asunto y no sabemos realmente qué solución va a tener nuestro caso. »

Ayer por la tarde representantes de Lignitos de Meirama se trasladaron a la parroquia para estudiar las extensiones de las fincas que fueron presentadas hace pocos días por los afectados. Según parece, existe desacuerdo en cuanto a las superficies a trasladar e incluso sobre el número de vecinos que puedan resultar comprendidos en el traslado.

El asunto está, en resumen, pasando por un impasse negociador que comienza a intranquilizar a los vecinos. «Si las cosas siguen así -declararon ayer- esto va camino de agotar nuestra paciencia una vez más y pasará mucho tiempo antes de que se resuelva nuestro caso como es debido. »

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