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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La guerra civil en Mallorca

A pesar de los centenares de miles de páginas dedicadas a nuestra contienda, queda mucho camino por desbrozar y numerosas leyen das por desmitificar. En tomo a la expedición republicana a Mallorca el verano del 1936, ambos bandos han tejido una serie de tales leyendas que el reciente libro de Massot destruye con tiento y después de haber cotejado una apabullante bibliografia; las notas forman más del 30% de las 380 páginas del libro.¿Cuál fue el origen de la expedición? ¿Por qué, con un enemigo que parecía casi indefenso, Bayo no consiguió un paseo militar? ¿Quién dio la orden de retirada de los expedicionarios? ¿El temible «conde Rossi» fue en realidad el «salvador» de la isla? ¿Qué papel jugó Indalecio Prieto en el tejemaneje político-militar?

Josep Massol i Muntaner

La guerra civil a Mallorca. Publicaciones de l´Abadia de Montserrat, 1976.

Hasta hoy las dos monografías, más recientes y más rigurosas sobre el tema dejaron en el aire o equivocaron algunas de las respuestas a los interrogantes anteriores. El coronel Martínez Bandeen La invasión de Aragón y el desembarco en Mallorca (Madrid, 1970), tuvo acceso a archivos que guardan material de primerísima mano, pero, a pesar de sus esfuerzos de objetividad, no profundizó lo suficiente en los problemas clave, ni utilizó mucha de la bibliografía, por ejemplo, las memorias del jefe de la expedición, capitán Alberto Bayo, Mi desembarco en Mallorca (México, 1944). Manuel Cruells en L'expedició a Mallorca, any 1936 (Barcelona, 1971),se propuso desvelar los misterios consustanciales con aquel episodio de la guerra y se basó en la prensa de la época y en testimonios personales. No obstante su empeño de imparcialidad, tampoco pudo aclarar ciertas incógnitas.

En cambio, Massot, que no vivió la guerra civil (Bande fue combatiente franquista y Cruells republicano), en La guerra civil a Mallorca escrito en catalán, ha resumido, ordenada y críticamente, los hechos y ha resuelto la mayoría de los interrogantes. Bayo tuvo la idea de la expedición, aceptada a regañadientes por el Comité de Milicias Antifascistas de Barcelona y por la Generalitat. Madrid tuvo, desde un principio, una actitud hostil por considerar que la ofensiva de Aragón era más urgente y, en el fondo, porque no les apetecía ofrecer bazas al Gobierno autónomo. El cuerpo expedicionario fue tan abigarrado como heterogéneo: milicias de diversos partidos, tropas de Menorca, guardias civiles y guardias de asalto, un centenar de carabineros que se pasaron a Bayo y los refuerzos, demasiado desdeñados hasta hoy, que llevó desde Valencia el capitán Uribarry, pequeña epopeya que cuenta en su casi desconocido libro Sin contestar. (Valencia, 1937). Pero era difícil cohesionar a fuerzas tan dispares que, por otra parte, luchaban bajo cuatro banderas: anarquista, catalana, comunista y republicana. La falta de buenos mandos subalternos, la indisciplina y los fallos estratégicos fueron tres elementos esenciales en el descalabro de Bayo. Hay que destacar, sin embargo, que tanto Estat Catalá como el PSUC aparecieron como las columnas más firmes en el ataque y en la resistencia.

En el campo de los fieles al 18 de julio reinó durante días, semanas, el temor y el desconcierto. Les salvó la falta de decisión de Bayo en el asalto, aprovechando el factor sorpresa, y les sirvió enormemente la técnica militar del gobernador civil, el teniente coronel García Ruiz. Al ganar tiempo, pudo llegar la aviación italiana, comprada, en parte, con dinero de March. Entonces se iniciaría la represión -sobre cuyo tema Massot prepara un libro aparte-, que dirigió el fascista, arrogante y fanfarrón, llamado «conde Rossi», aunque ya Franco, mucho antes, en un comunicado al comandante militar de Mallorca, le advertía -según reporta Martínez Bande-: «A toda costa deberá defenderse Mallorca fusilando a quien desfallezca. Salud, Patria y existencia isla lo exigen».

La aviación italiana fue dueña del espacio aéreo y Bayo se batió en retirada, por orden del Gobierno, a través de un tosco comunicado de la flota republicana, que coincidió con un duro artículo de Prieto contra la expedición. Entre tanto Bernanos escribía su libro Los grandes cementerios bajo la luna, que alertó a la opinión internacional...

El general Kindelán valoró la expedición de Bayo como una gran operación estratégica. Desde su fracaso Mallorca se convirtió en una gran base aeronaval y fueron temibles los bombardeos contra Barcelona y Valencia...

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