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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

"El choque generacional tiene plena vigencia"

Estreno de "La condecoración", de Lauro Olmo

Ayer se estrenó en el teatro Infanta Isabel la obra La condecoración, del dramaturgo Lauro Olmo, con dirección de Alberto González Vergel, e interpretada por Queta Claver, Carlos Lemos, Manuel Torremocha, Jesús Enguita, Alberto Alonso, Charo Zapardiel y Mary Paz Pondal.

La condecoración tiene como subtítulo Una historia de la posguerra, que el autor sitúa en 1960. El eje de la obra es el choque generacional, el enfrentamiento entre padres e hijos. En su antecritica, Lauro Olmo señala que en esta historia sociopolífica, con resonancias de la guerra civil, quiere resaltar el doloroso sentir de sus personajes, su humana conmoción, por encima de los hechos concretos.«Este crack generacional -declara Lauro Olmo a EL PAIS- empieza a tener una alta significación social y alcanza una representatividad nacional. Trato de ser objetivo y de influir lo menos posible como autor en esta especie de proceso histórico que se desarrolla en la obra. El proceso sicológico de los personajes que contienden en La condecoración va rotundamente impulsado por los sucesos que están ocurriendo en nuestra sociedad. Si el enfrentamiento generacional es claro en 1960, adquiere plena vigencia hoy cuando los hechos están plenamente actuantes.»

La condecoración ha tardado trece años en subir a un escenario. Su historia de prohibiciones es paralela al silencio impuesto a una generación de escritores que como Lauro Olmo mantiene un teatro de denuncia, social y popular.

«Los personajes de esta obra proceden de una clase media, que en el transcurso de los acontecimientos políticos adquieren cierta posición económica, sin llegar a ser excesiva, e incluso se despegan de sus posiciones políticas. Las crisis que produce el enfrentamiento generacional se desarrolla en una situación límite, cuando una nueva generación está en desacuerdo con el reconocimiento que se otorga al padre por unos determinados méritos. A partir de este momento los personajes profundizan en los hechos sociopolíticos que han impulsado la tensa crisis del enfrentamiento.»

Lauro Olmo está incrustado por los teóricos en la generación realista, junto a autores como Muñiz, Rodríguez Buded, Martín Recuerda, Rodríguez Méndez, que, a partir de los años sesenta, y con múltiples dificultades irrumpen en el teatro español. Lauro Olmo ha estrenado La camisa, La pechuga de ls sardina, El cuerpo, English Spoken e Historia de un pechicidio.

Capacidad de descubrir

«Creo que los temas y la visión del mundo que reflejan mandan sobre una determinada expresión artística. Cuando dominan situaciones animicas muy marcadas, los mecanismos expresivos realistas y una línea tragicómica son más convenientes que los del simbolis mo o la pura expresión. Hay un aglutinante. de fondo que permite todas las expresividades. Yo estoy en contra de las limitaciones a normas estéticas.»«Cada obra que se representa puede producir descubrimientos, pero esto ocurre con la experiencia teatral. Toda esa capacidad de descubrir que es toda empresa cul tural ha tenido en los últimos años muchas dificultades. Tengo textos, como El cuarto poder, Plaza menor o Mare Nostrum, SA, que suponen aventuras expresivas, pero que no interesan a las empresas comerciales., Si La condecoración funciona a nivel de mercado, es posible que impulse a estas obras.»

Rescate

El teatro de Lauro Olmo tiene una inequívoca proyección social y una temática de alcance popular. «Aunque La condecoración está escrita a finales de 1963, al ver ahora la representación, no me planteo el problema de escribirla de otra forma. Para mi teatro, el proceder de esa sustancia social es esencial. Cuando se puso en el Teatro Nacional Francés mi obra La camisa, que trata el tema de la emigración, me preguntaba las razones de su representación en Francia. Me contestaron que el tema en sí no había sido el determinante, sino cómo se hacía visible la vida, de forma que trascendían las circunstancias locales para entrar en una forma de teatro popular que les parecía universal.»La presente temporada teatral madrileña se caracteriza por el rescate de determinados autores españoles, donde se mezclan intereses artísticos y de actualidad política. «Si yo creyera que La condecoración es una concesión a la galería no la estrenaría. Soy plenamente consciente de cómo está escrita y la eficacia que puede tener como empresa crítico-cultural.»

Lauro Olmo señala en el contexto general del teatro un retorno a la palabra. «En este retorno al teatro de la palabra que se efectúa en Europa es significativo en cuanto a captación de públicos. Ahora es cuando se recoge la cosecliáde las nuevas formas expresivas, ya que este teatro está apoyado por toda esa potenciación que supone la experimentación del teatro.»

Olmo es de los pocos dramaturgos que escribe obras de teatro infantil. Con su mujer, Pilar Enciso, crearon el Teatro Popular Infantil, que superadas las habituales dificultades se pone de nuevo en marcha con la obra El león mandón. «Es increíble que Madrid no tenga una sala permanente dedicada al teatro infantil. La realización de este teatro, por sus condicionantes poético-dramáticas, supone un más allá del campo de la expresión.»

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