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La dirección de Induyco confía en el "agotamiento" de los huelguistas

Los 7.000 trabajadores de Industrias y Confecciones (Induyco) permanecen en huelga. La factoría, por decisión de la dirección, se mantiene cerrada. No se vislumbra ninguna solución al conflicto que no sea el propio agotamiento del mismo.

Desde el pasado día 8, fecha en la que saltó el conflicto en apoyo de cuatro compañeros despedidos el pasado mes de julio, los casi 7.000 trabajadores que integran su plantilla permanecen en la calle y, según la intención de la dirección -manifestada a EL PAIS por uno de sus portavoces-, «permanecerán por tiempo indefinido, mientras no se reincorporen a sus puestos, sin ninguna condición y renunciando a la reivindicación de que sus compañeros sean readmitidos». La empresa retiró ayer su oferta de recuperar a dos de los cuatro despedidos e indemnizar a los otros dos, «ante la reiterada negativa de los representantes de los huelguistas a aceptar nuestro ofrecimiento».

La dirección de Induyco, ante la recepción de cartas suscritas por los huelguistas en las que -según el portavoz de aquélla se pone de manifiesto la intención de volver al trabajo sin condiciones- parece estar dispuesta a jugar la baza del cansancio entre los trabajadores que se mantienen en paro. Estos, sin embargo, han reiterado a EL PAIS su fortaleza y unión ante «reivindicaciones que nos parecen justas».

Según ha posido saber este diario entre los responsables de Induyco, la negociación de la dirección con los dirigentes dela huelga «no es posible por la frágmentación sindical que presentan los huelguistas».

Ello no significa, sin embargo, que el conflicto responda al las características de huelga salvaje, puesto que cuenta con la orientación de centrales sindicales determinadas (pese a que los trabajadores que se encargan de «las relaciones con la prensa» se empeñen en señalar que la anormalidad laboral responde exclusivamente al consenso reivindicativo de los trabajadores a título independiente).

Lo cierto es que frente a un colectivo de 7.000 trabajadores en paro -la mayoría de ellos mujeres no mayores de veinte años- la empresa aparece con mayor fortaleza, siquiera sea por la potencia económica del principal cliente (El Corte Inglés), al que los responsables de Induyco habrán de justificar los posibles trastornos en las entregas que ya estaban previstas.

En cuanto a la repercusión ciudadana del conflicto, durante la jornada de ayer los huelguistas mantuvieron su presencia en la calles -al margen de las dos asambleas que celebraron en otras tantas iglesias, con el acuerdo de mantenerse en su postura de paro mientras no sean atendidas sus reivindicaciones- como en días anteriores y culminaron su campaña de difusión de la huelga con su presencia en la sucursal de El Corte Inglés en la calle de Preciados, a la cual lograron penetrar casi medio millar de trabajadoras (pese a la vigilancia policial que estos días presentan los establecimientos de esta cadena de almacenes) en un intento de lograr la solidaridad de los clientes.

Pese a la presencia de la fuerza pública, que no llegó a intervenir, los huelguistas lograron llegar hasta la inmediata plaza de Callao, donde, finalmente, fueron disueltos sin incidentes.

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