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Los sindicatos británicos apoyan al Gobierno frente a la izquierda

Dos acontecimientos han acentuado la escisión que ha salido a la luz gradualmente en el seno del laborismo inglés: la advertencia de los jefes sindicales al comité ejecutivo nacional (NEC) en el sentido de que no puede esperar su deseado aumento de las suscripciones de los afiliados si no reduce su oposición al Gobierno, y la suspensión de su empleo como nuevo organizador nacional de la juventud laborista de un miembro del partido que sustenta ideas trotskistas.

El comité ejecutivo nacional, donde predomina la extrema izquierda, es el organismo rector del partido y tiene un historial de constantes divergencias políticas con el Gabinete laborista.En una reunión celebrada en «Transport House», la central del Partido Laborista, los representantes de 33 sindicatos afiliados al partido se quejaron de lo que consideran como excesiva influencia de la extrema izquierda no sólo en el organismo ejecutivo sino, también, en las sucursales del partido en los distritos electorales, donde algunos elementos moderados (incluido el diputado correspondiente, como en el reciente caso de Reg Prentice) se han visto desalojados de sus puestos o han tenido que dimitir.

Figuras sindicales de tanto relieve como Jack Jones, secretario general del sindicato del transporte y Oficios Varios (TGWU) -el mayor de Gran Bretaña- y Joe Gormley, jefe del sindicato de mineros, han criticado duramente al ejecutivo del partido y se han pronunciado indiscutiblemente a favor de la política según la concibe el Gobierno.

Ambos han advertido al secretario general del partido Ron Hayward, que tiene que poner fin al conflicto ideológico entre su comité ejecutivo nacional y el Gabinete Callaghan.

El otro aspecto de la escisión en el seno del partido es tal vez más curioso, ya que encarna una disputa entre el comité ejecutivo nacional y el propio sindicato de activistas locales del partido por lo que se refiere al nombramiento del nuevo organizador de juventudes, Andrew Bevan.

El caso ha provocado mucho revuelo, pues cuando Bevan -cuyo nombramiento había sido aprobado por el comité ejecutivo nacional- se presentó en la central del partido para su primer día de trabajo, se vio condenado al ostracismo por la mayor parte del personal.

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Aunque su nombramiento había sido ratificado por las autoridades del partido (se dice que en contra de los deseos del primer ministro), el sindicato de activistas locales se opuso a él, más tarde, aduciendo que tal puesto debió de haberse ofrecido a uno de sus miembros y negándose a aceptar la solicitud de ingreso que presentó Bevan.

Paro minero

Mientras tanto, la negativa del Gobierno a reducir la edad de retiro de los mineros ha llevado ayer a la huelga a miles de obreros del sector en el norte del país. El paro afectó casi totalmente las sesenta minas del área de Yorkshire.

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