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Entrevista:

Mahmud Sobh, un poeta palestino en Madrid

"El poeta desempeña hoy el papel del profeta de los tiempos antiguos"

«Cayó la tarde y los disparos enronquecieron en la garganta de la aldea.» Memoria, sin duda, dolorida de años infantiles. Huellas de sangre que marcan la voz del poeta y le abren la flor de la amistad proverbial entre los árabes. Corazón en medio de cascotes y metralla.

-En realidad el terror en Palestina, en la historia contemporánea, fue llevado a cabo por algunas organizaciones sionistas. El hecho de que nosotros practiquemos la lucha para recuperar la tierra arrebatada, nada tiene que ver con el terrorismo, porque el dolor y el sufrimiento, y no es una imagen poética, han convertido a nuestro pueblo en algo brillante, como el fuego convierte en diamante al carbón.No estamos hablando con un terrorista. Ni mucho menos. Es la voz cósmica de un poeta, sarmiento palestino plantado en tierra española desde hace unos doce años.

Nacido en Safad -Galilea- el año 1936, su familia se refugia en Damasco ( 1948) y allí se licencia en Filosofía y letras además de diplomarse en Pedagogía. Después, actividad pedagógica en Siria y Norte de Africa

-Los que dominan los medios informativos, a veces equivocan la opinión mundial. Cambian los términos. Cualquier acción llevada acabo por los palestinos siempre se califica de terrorista; en cambio, una acción bélica similar por parte de los sionistas recibe el nombre de represalia.

Mabmud Sobh es un hombre curtido, sonriente, amigo de todo el que le conoce una sola vez. Un hombre con una capacidad extraordinaria de trabajo. Observador, inquieto sin apenas manifestarlo.

En 1965 está en Madrid, y ya no abandona España, salvo en viajes a los países árabes para dar recitales y conferencias. Aquí, en esta tierra hermana, dice, se doctora en Filosofía semítica con una tesis sobre La poesía amorosa arábigo-andaluza. Aquí también, ejerce la actividad docente en la misma universidad que le doctoró: la Complutense, así como en el Instituto Hispano-Árabe de Cultura y en la Escuela Diplomática.

-¿Qué relación existe, para usted, entre la poesía y la política? ¿Son caras de una misma moneda o términos diferentes?

-Hay un paralelo, una correlación. El poeta desempeña hoy el papel que en tiempos antiguos desempeñaba el profeta. Debe tener, como orientador, sus pies en el presente, vivir el momento actual y dar una visión del porvenir. No debe ser político, pero su poesía no puede alejarse de la política entendida en sentido clásico, en cuanto el hombre es un ser sociable. El poeta adquiere importancia sobrepasando las circunstancias temporales. Capta la dialéctica existente, entre el ser y la naturaleza, el individuo y el conjunto, la vida y la muerte. Debe interpretar los elementos, pero no está en su mano, el unirlos. Más que someterse a una ideología, debe inspirarse de muchas. De esta manera colaborará en el resultado de la síntesis de la lucha actual, vigente, de las ideologías.

-Sin embargo, en su poesía se advierte un compromiso directo con el pueblo palestino.

-Para mi, Palestina es un símbolo en el sentido de que en esta tierra hay un combate entre la luz y la tiniebla, el mal y el bien. Mi poesía es para que los palestinos no caigan en los mismos errores de sus enemigos, errores contrarios al símbolo mismo de Palestina, tierra de paz y de todos, así como a la raíz misma del hombre. La mejor arma contra los judíos es amarlos.

Religión y humanismo

-Poesía humanitaria, ¿religiosa?-Si tenemos en cuenta que la religión corre pareja con el humanismo, el poeta sí habrá de ser religioso pero si la religión significa ritos y conductas establecidas, no. El poeta no es altavoz, sino portavoz.

-No obstante, sus versos son un chorro de imágenes bíblicas.

-Esa tradición es producto de los pueblos que vivían en la Mesopotamia o en el área del Méditerráneo oriental, que son anteriores a la Biblia, escrita precisamente en Babel, exilio de los judíos.

Mahmud Sobh gusta de cantar estrofas del Corán. Dice que este libro desechó el miedo de las conciencias musulmanas. De hecho, sus cantos son una alabanza continuada de todo lo vital. En 1971 publicó Huerto palestino, en edición bilingüe. Este libro me sirvió de toque de atención. En él hay vientos sin fronteras, algo diferente a lo que venimos leyendo y comentando. En sus poemas late la tierra.

-En potencia, soy español. Mi mujer e hijos son españoles. Llevo aquí casi doce años, vivo la realidad española y amo esta tierra. Además, como no tengo patria la veo reflejada en las tierras de España. Mi manera de ser encaja en vuestra realidad y como la literatura es reflejo auténtico de un pueblo y yo la he estudiado a fondo, me siento más compenetrado con este mundo. Me veo como un mudéjar, pero solitario. Creo que soy el único. Además, el Al-Andalus fue producto de una fusión entre lo ibérico y lo arábigo y en este sentido me veo yo también.

En 1975 obtiene un premio en el concurso que anualmente convoca la revista Alanio. El libro acaba de publicarse: Libro de las Kasidas de Abu Tárek.

El árabe, una de las lenguas ibéricas

La actividad literaria de Mahmud Sobh continúa en el campo de las traducciones y de la investigación. Por algo le llaman «alcántara». «porque sirvo», dice, «de transición entre el mundo árabe y el español». Como símbolo de hermandad entre las dos culturas, procura publicar siempre ediciones bilingües.-¿Existe interés en la juventud universitaria española por esta lengua?

-Se interesan muchos. Y por tres razones: yo creo que el árabe es una de las lenguas de la Península, más que el latín, por haber sido la lengua de este pueblo durante casi ocho siglos. Por otra parte, más de la mitad de los países mediterráneos hablan árabe. Por último, porque esta lengua es rica. La hablan casi doscientos millones de seres humanos y sin ruptura, empalma directamente con el medievo y nuestra historia antigua, por ir evolucionando sin que cambiara de estructura y de semblante.

-¿Qué tipos de sociedad existen en el mundo árabe?

-Creo que tres. Uno progresista, que parte del socialismo y quiere adaptarlo al mundo árabe. Otro que, partiendo del Islam, quiere llegar al socialismo. Y otro feudal, pero frágil, es decir, que pronto caerá este sistema, porque no encaja con los tiempos actuales.

-¿Y la poesía? ¿Ama el pueblo árabe a sus poetas?

-Desde siempre, el árabe es amante de la poesía. De ahí que estos libros sean los más vendidos en el mundo árabe. El poeta es allí muy respetado y querido poesía que le gusta es la imaginativa metafórica y conceptual, además de la musicalidad. Parece que ahora predomina el gusto por una poesía realista e irrealista a un tiempo. Es decir, simbólica.

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