El absurdo de las pólizas
El pasado 25 de agosto, la Administración Central, decretó la entrada en vigor de una nueva tarifa «reajustada» para los efectos timbrados y, particularmente, para las letras de cambio. Evidentemente, no había previsto los correspondientes documentos. impresos con la tarifa en vigor, por lo que condenó a los «paganos», no sólo a pagar más, sino a perder ingentes cantidades de tiempo y de saliva, reintegrando las letras viejas a base de pólizas, hasta completar el nuevo timbre.En los dos meses transcurridos desde entonces, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, absorbida, sin duda, en la tarea de seguir imprimiendo sellos con la efigie del anterior Jefe del Estado, no ha tenido tiempo de imprimir los nuevos efectos. Y no sólo eso, sino que en tal período se han agotado las pólizas, sobre todos los valores más usuales (el de 5 pesetas, en particular), cosa que, evidentemente, era dificilísima de prever y los funcionarios de Hacienda no tienen por qué ser profetas.