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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una oposición razonable

LA OPOSICION democrática ha dado un paso importante hacia su cohesión y credibilidad en la constitución de la Plataforma de Organismos Democráticos y con el documento de nueve puntos por ella emanado. Contra muchos pronósticos, esta oposición prosigue elaborando la pirámide de su unidad y, a medida que avanza por ese camino, se desbroza de maximalismos, utopías y dobleces.En bastantes ocasiones -y también desde estas columnas- se ha reprochado a los distintos organismos de oposición democrática su falta de coherencia, sus debilitadoras disensiones o sus fantasías de tomar el poder movilizando la calle, simplemente.

Ahora seis organismos de oposición han logrado un acuerdo que no puede calificarse de insensato. El documento publicado el sábado pasado por la nueva Plataforma podrá, sin duda, disgustar a las derechas intransigentes -que no a la derecha democrática, aunque pueda disentir- y a algún sector del Gabinete. Pero no se debe objetivamente descalificar el documento de esta plataforma o dejar de reconocer su seriedad y hasta su mesura.

Cabe destacar que elementos de moderación, en este caso, ha sido tanto los partidos marxistas como los de inspiración cristiana. Los seis más importantes organismos de la oposición democrática han expresado claramente su voluntad de alcanzar una negociaciñon con los poderes del Estado de diálogo razonables, muchas de las cuales están en el ánimo del presidente del Gobierno y sus colaboradores más allegados.

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Igualmente, el nivel depresión que la Plataforma quiere pulsar para hacer valer su programa y sus propuestas se ha vuelto más moderado: movilización ciudadana pacífica en locales cerrados, con expresa renuncia a convertir la calle en un campo de Agramante. Cuando nos encontramos en medio de un otoño que amenazaba ser caliente, a poco que se presionara a una opinión pública o bien desconcertada o bien esquinada por las dificultades económicas y laborales, que los dirigentes de la oposición renuncien a defender sus propuestas políticas en las calzadas, es una muestra de realismo y de voluntad de diálogo.

Por este camino, la oposición democrática puede aspirar a la credibilidad que necesita y el Gobierno debe hoy admitir que la oposición está adoptando posturas razonables. Una lección a aprender y a entender.

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