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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los ensayos filosóficos de Austin

El lenguaje, a análisis

La obra de John Langshaw Austin, no es muy conocida incluso en nuestros círculos filosóficos profesionales. Hace pocos meses Revista de Occidente editó la traducción de Alfonso García Suárez de sus Ensayos Filosóficos. Sin embargo Austin es uno de los autores más influyentes dentro de la filosofía analítica, aún cuando una buena parte de su obra es de publicación póstuma.Sería difícil dar una caracterización de la filosofía analítica que pueda abarcar todo lo que se ha acogido a ese rótulo, pero podría decirse que sus practicantes creen que se avanza mucho hacia la solución de un problema filosófico analizando su formulación. Este análisis puede llevar eventualmente a la disolución del problema, es decir, puede mostrar que no lo hay.

Arnold Hauser: Ensayos filosóficos

Madrid. Editorial Revista de Occidente. 1975

Han existido muchas maneras de practicar ese análisis, pero se podrían agrupar algo laxamente en dos. Por un lado hubo quienes mantuvieron que los instrumentos de análisis tenían que ser exclusivamente proporcionados por la lógica formal, y que la tarea del filósofo debía consistir en parte en la construcción de lenguajes lógicamente perfectos (en contraposición al lenguaje ordinario), en los cuales se dejaran tratar los problemas filosóficos tratables.

Por otro lado (y de esta parte cae Austin), hubo quienes pensaron que los métodos analíticos proporcionados por la lógica no conseguirían hacer justicia a la complejidad y riqueza de las distinciones que reconoce el lenguaje común, y que, por consiguiente, tampoco detectarían la génesis de los enredos filosóficos más comunes, pues éstos más bien se pueden diagnosticar como transgresiones de la lógica informal de los usos, lingüísticos corrientes.

En todo esto tiene que estar claro que filosofía viene a tener al menos dos sentidos. En uno es la actividad de desenredo de los enredos que produce la filosofía en el otro sentido.

Han habido quienes opinaron que la disolución (o su conversión en científicos) era el destino final de todos los problemas filosóficos. Wittgenstein, en el Tratactus, mantenía que éste era el caso.

Sin embargo Austin pensaba que el análisis lingüístico no era la última palabra en los problemas filosóficos, pero sí una primera palabra necesaria, y en esta dirección se dedica a trazar lo que Javier Muguerza (1) llama la geografía lógica de conceptos tales como voluntario, verdad, etc., que representan un gran papel en la temática filosófica.

Pero Austin, y también Wittgenstein en las Philósophische Untersuchungen, pensaba que el análisis de una cierta área de discurso era algo que valía la pena realizar por sí mismo, aparte de la utilidad que tuviera para solucionar problemas filosóficos. De ahí que desarrolle, por ejemplo, una teoría de los actos del habla.

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