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Ducati y Pecco Bagnaia miran a Marc Márquez de reojo

La nueva temporada de MotoGP arranca con la gran incógnita del rendimiento del español, subido ahora a la mejor moto de la parrilla

Francesco Bagnaia
Francesco Bagnaia (C) se toma un selfie con otros pilotos, en el circuito internacional de Losail, este jueves 7 de marzo.NOUSHAD THEKKAYIL (EFE)

Este fin de semana se estrena la temporada de MotoGP bajo los focos del GP de Qatar, y en Lusail todo el mundo coincide en una cosa: Ducati volverá a ser la moto a batir este 2024. Durante la pretemporada han demostrado que siguen por delante del resto, y además presentan en sus filas a un ejército de ocho pilotos ganadores en la categoría reina. Uno en concreto, a lo largo del invierno, ha animado todas las tertulias. A estas alturas, ya no queda nadie dentro ni fuera del paddock sin pronunciarse sobre la incógnita que representa Marc Márquez. La mayoría espera grandes cosas de él ahora que se ha subido a la máquina que marca el paso en la parrilla, y muchos le ven peleando por el título. También hay voces, sin embargo, que dudan sobre cuán lejos podrá llegar el ocho veces campeón del mundo este año. La primera, la suya.

“Sé que las expectativas están muy arriba, pero también sé por lo que he pasado estos últimos cuatro años. Sé de dónde vengo y a dónde quiero llegar, y conozco los tempos”, explica el catalán, que a sus 31 años despliega su versión más cerebral y comedida ante los medios. “Mi intención no es llegar aquí e intentar ganar de inmediato, eso sería un gran error. En los dos últimos años no he sido capaz de conseguirlo”, recuerda. Su primera misión, dice, es aprender de los tres pilotos que él ve un pasito por delante, empezando por el bicampeón del mundo, el italiano Pecco Bagnaia, y su gran rival por el título en 2023, el madrileño Jorge Martín. También incluye entre sus referencias a Enea Bastianini, que en 2022 ganó la primera carrera en MotoGP del equipo Gresini, donde ahora es él quien corre, en condiciones similares ­­—con la mejor moto del curso anterior— y bajo el mismo escenario, el GP nocturno que dio inicio a la temporada en el desierto catarí.

Bagnaia, el número uno del campeonato, que ha realizado la mejor pretemporada de su vida y acaba de renovar su vínculo con la marca de Bolonia otros dos años, mira de reojo las evoluciones del nuevo miembro de la poderosa alineación de los italianos. El turinés, de 27 años, evita pronunciarse sobre el piloto de Cervera, a no ser que se le pregunte de forma directa, y todavía ve prematuro hablar sobre quién estará luchando este curso por el campeonato. “Cualquiera de las Ducati tiene potencial para conseguirlo, y Aprilia y KTM también se han mostrado muy competitivas en los test”, dice sin entrar al trapo. Su compañero con los colores oficiales, Bastianini, que ha pisado fuerte este invierno, sí se moja sobre el piloto del que todo el mundo habla: “Veo bien a Marc. Es un rival duro, y estará en el partido. No sé si para ganar el título, pero sí luchando por el podio en el campeonato”.

El principal foco de disidencia para combatir la marea roja de las Ducati sigue en manos de las otras fábricas europeas. Aprilia y KTM han dado otro paso al frente este invierno para intentar ganar, al menos, la espiral hipertecnológica en la que ha caído el certamen. Aleix Espargaró y Maverick Viñales, incluso, han perdido kilos y reconocen pasar algo de hambre para mejorar la durabilidad de las gomas. “A mí me compensa. Lo que tengo claro es lo que afecta en aceleración dos o tres kilos de peso por encima”, comenta el piloto de Granollers, el más veterano de la parrilla a sus 34 años. Los austríacos, además de implementar ya la versión más avanzada de su chasis de carbono, añaden a su cóctel de pilotos al prodigio murciano de 19 años Pedro Acosta, que en 30 meses ha pasado de estrenarse en Moto3 a subirse a la MotoGP como bicampeón de las dos categorías lanzadera. De los japoneses, las todopoderosas Honda y Yamaha, poco se espera a pesar de un notable esfuerzo por adaptarse con mayor agilidad a los nuevos tiempos.

Entre sus muchas peculiaridades, la temporada discurrirá sobre la pista en los 21 grandes premios programados (con 42 carreras puntuables) tras la cancelación del GP de Argentina, pero también en los despachos. Solo cuatro pilotos arrancan el curso sabiendo dónde correrán el año que viene (Bagnaia en Ducati, Binder en KTM y Zarco y Marini en Honda) y 18 deberán pelear por mantener su asiento o conseguir uno nuevo cuando vayan cayendo las principales fichas contractuales en un mercado que cada vez se anima más pronto. Fermín Aldeguer, otro de los grandes talentos del motociclismo español, ya ha firmado un acuerdo con Ducati para su promoción desde Moto2 en 2025, lo que quita ya uno de esos huecos libres sin ni siquiera haber empezado el curso.

Entre quienes presentarán su candidatura, aunque parezca sorprendente dada su estatura, también estará Marc Márquez. De su rendimiento con la GP23 del Team Gresini dependerá qué puertas se le abren al gran referente de las dos ruedas en la última década. “Este año veremos si ha empezado mi declive”, deja dicho antes de empezar a rodar este viernes. MotoGP promete emoción a raudales.

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