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La misión de Aitana Bonmatí

La ‘14′ del Barcelona aparca todo el ruido por los continuos premios individuales y comanda al Barcelona a una nueva final de la Champions

Aitana Bonmatí durante las semifinales de la Champions League contra el Chelsea.
Aitana Bonmatí durante las semifinales de la Champions League contra el Chelsea.Peter Cziborra (Action Images via Reuters)
Irene Guevara

Ni la presión de los premios individuales —el último el Laureus a mejor deportista femenina—, ni los colectivos, ni el calendario apretado, ni jugar prácticamente todos los partidos. Ni siquiera el marcador y el contexto en contra; nada pudo con ella. Aitana Bonmatí se echó al Barcelona a las espaldas en la vuelta en la semifinal de la Champions contra el Chelsea (0-2) camino a la cuarta final seguida, el 25 de mayo en San Mamés contra el Olympique de Lyon. Fue la MVP del partido, y la heroína de las culés. Marcó el primer gol, provocó un penalti y dio oxígeno en los últimos minutos. La actual Balón de Oro y The Best siempre quiere más, y aportó orden, esperanza y ocasiones durante el partido para volver a ser decisiva. Una líder futbolística y anímica, que confió en la remontada desde que las jugadoras salieron de Monjutïc con un gol de desventaja. “Este equipo ha sabido remontar en momentos difíciles, si lo hicimos en 45 minutos, ¿por qué no podemos en 90?”, comentó en la previa del encuentro. Avisó de sus intenciones. Y lo lograron.

Presionó sin balón, atacó peligrosamente con él. Organizó el equipo a pesar de estar marcada constantemente por las jugadoras del Chelsea, siempre perseguida por un par de ellas. Conocían su peligrosidad. Pero a Aitana no le supuso ningún problema, y en el minuto 25, con las prisas y los nervios sobre el terreno, Patri Guijarro —excelente durante todo el partido— le dio un pase al frontal del área, lugar que bien conoce. La controló, vio el hueco, y firmó un disparo potente y cruzado que pasó entre las piernas de Buchanan —las tocó ligeramente— para entrar en la portería. Se besó el escudo, y levantó al grupo.

Era el quinto gol para la futbolista catalana en Champions esta temporada, a uno de Salma Paralluelo, y con el que igualó a Alexia Putellas —21— como máxima goleadora del club azulgrana de la historia en la competición europea. Además, con esta diana también alcanzó los 18 tantos con el Barcelona en los 35 partidos de todos los torneos que ha disputado este curso. Los mismos que marcó en toda la temporada pasada —en 37 encuentros–, y también la anterior —en 39—. Acumula, además, 17 asistencias desde el pasado mes de septiembre. Datos que se suman a la actuación del sábado: tan solo 14 pérdidas de 81 acciones, y 55 de 62 pases. Además, tuvo ocho recuperaciones, cinco duelos ganados y no falló ningún intento de regate.

En la segunda parte y a 15 minutos del final, provocó un penalti que Fridolina Rolfö transformó en victoria. Aunque su misión prosiguió, y también fue clave en el descuento. “¡No puedo, no puedo!”, gritó desde el suelo Aitana en el 92, pidiendo el cambio que llegaría de manos de Alexia Putellas, que salió desde el banquillo en la ida y que apenas disputó unos minutos en la vuelta. La futbolista de Sant Pere de Ribes no estaba lesionada —”tenía rampas por todas partes, me pasa por la tensión”, confesó tras el partido—, pero salió cojeando lentamente del terreno de juego. Prefirió dejar su hueco a otra jugadora, aseguró, y supo dar oxígeno a su equipo en la recta final del encuentro. Un tiempo muy valioso para acercarse a la victoria mientras el Chelsea trataba de forzar la prórroga.

El equipo inglés es un fetiche para ella. En la final de 2021 en Göteborg, donde el Barcelona venció a las ‘blues’ por cuatro goles, Aitana logró una diana y ser la MVP del partido. Dos años más tarde y en semifinales, también se apuntó el reconocimiento como mejor jugadora y firmó una asistencia en la vuelta. Este año volvió a brillar. Silenció Stamford Bridge. Los números ameritan su temporada, y lejos de verse cegada por los brillos de todos los reconocimientos, Aitana sigue renovando su mejor versión. La Supercopa en casa azulgrana, la Liga prácticamente en el bolsillo, y finalistas de la Copa de la Reina y Champions. En verano, la posibilidad de la primera medalla olímpica para el fútbol femenino español. Y quizás, un nuevo Balón de Oro para Aitana. Pero ella no piensa en las distinciones. Tan solo en ganar y merecerlo.

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