El Bayern cae ante la Lazio y se mete en un lío
El campeón alemán pierde en Roma y pone en duda no solo el pase a cuartos de final sino también el futuro de Tuchel en el banquillo
Eliminado en la Copa por un rival de Tercera, alicaído en la Bundesliga ante el rodillo que ha conformado Xabi Alonso en Leverkusen, el Bayern se ha metido en un lío en la Champions, derrotado (1-0) en el Olímpico romano por una Lazio que partió desde las cautelas hacia el entusiasmo y encontró una victoria vigorizante que le deja a un paso de igualar su mejor campaña en la máxima competición continental, hace ahora 24 años. Era otra Lazio que caminaba entonces hacia su segundo y por ahora último título de Liga. Ahora, un equipo con menos recursos tutea a un gigante aletargado. Podrá haber remontada en el duelo de vuelta en Múnich, pero resulta complicado imaginar, a día de hoy, a este Bayern entre los favoritos a alzar la orejona en Wembley el próximo 1 de junio.
El cuadro bávaro se cayó en Roma tras un partido en el que fue más, pero en el que se desplomó con bien poco y volvió a evidenciar problemas para juntar pases con una cierta codicia en campo contrario. Parece un equipo desnaturalizado que no logra anclarse al dictado de talentos como Musiala o Kane y en el que algunos veteranos no acaban de echarse a un lado. El cóctel lo completa algún zaguero dudoso, como el sobrevaloradísimo Dayot Upamecano, un sospechoso habitual que una vez más volvió a cometer un error fatal para su equipo: entró como un elefante en una chatarrería a tapar un remate de Isaksen que ya había salido de las botas del extremo danés. Upamecano le pisó con estrépito un tobillo y el árbitro no solo señaló el penalti sino que le expulsó por juego violento. Y eso dentro del área ya dice bastante sobre la fiabilidad de un defensor.
La Lazio decidió el partido en esa acción. No perdonó Immobile y el Bayern penó porque tras el gol, durante casi media hora, no le hizo ni cosquillas a su rival y antes, cuando se las hizo, no consiguió doblarlo. Jugó sin la grandeza que se le supone el Bayern, que se acercó al gol en un libre directo de Sané antes del descanso o con un remate de Musiala en la única oportunidad en la que armaron un puzzle futbolístico en el balcón del área rival. El resto fue una nadería ante una Lazio empujada por el mago Luis Alberto, al que la clase se le sigue cayendo de los bolsillos. Con un poco más de continuidad en sus apariciones el Bayern aún hubiese sufrido más.
Le bastó, con todo, a la Lazio para soñar con un éxito inopinado en una eliminatoria que incluso pudo poner más de cara en un tramo final de partido en el que encontró espacios para golpear. Le dolió al Bayern y a su contestadísimo entrenador. Para un grande que digiere tan mal la derrota lo que está sirviendo Thomas Tuchel es demasiado indigesto.
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