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Las cuentas pendientes de Luka Doncic

Ausentes Antetokounmpo y Jokic del Mundial, la estrella de Eslovenia es la gran atracción tras el chasco del Eurobasket y un gris curso en la NBA

Luka Doncic
Luka Doncic, ante Abrines y Willy Hernangómez, en el España-Eslovenia de preparación, este mes en Málaga. Foto: ALBERTO NEVADO. FEB
Juan Morenilla

La alarma sonó a las cuatro de la madrugada. Luka Doncic se despertó sobresaltado en su habitación del hotel de Okinawa (Japón). Era la alerta de evacuación del establecimiento por el lanzamiento de cohetes desde Corea del Norte. La tensión duró unos 20 minutos, hasta que los jugadores de Eslovenia fueron informados de que no había peligro. Pero el miedo le duraba este jueves en el cuerpo al genio de los Dallas Mavericks mientras contaba el episodio en la víspera del Mundial: “Todo está bien ahora, pero no he dormido mucho. Fue una locura. Estaba asustado”.

La Copa del Mundo comienza con fuertes emociones para Doncic. Sin Anteto ni Jokic, las dos grandes figuras con las que compartió escenario en el Eurobasket, el base esloveno de 24 años y 2,01m es la gran atracción individual en el torneo asiático. Y a la cita acude con un par de cuentas pendientes. Una con su selección después de una derrota contra Polonia en cuartos del pasado campeonato europeo que le dejó muy tocado. Y otra personal tras una temporada agria en la NBA que concluyó fuera de las eliminatorias por el título.

“He dejado caer a mi equipo y a mi país”, se fustigó la estrella tras perder ante el conjunto polaco por 87-90. Doncic se culpó de la derrota de la entonces vigente campeona en un choque en el que su registro bajó a los 14 puntos. Había sumado 47 ante Francia en la fase de grupos y terminó el torneo con 26 de media (solo el finlandés Markkanen anotó más en total), además de 7,7 rebotes y 6,6 asistencias. Pero aquella noche jugó lesionado y acabó desquiciado, individualista y muy protestón ante los árbitros, eliminado por faltas y con la cabeza escondida bajo una toalla en el banquillo en los segundos finales. Fue la culminación de una cita en la que buscó más el brillo personal que el funcionamiento colectivo. En algunos momentos era el único jugador que tocaba el balón desde que lo recibía en la línea de fondo hasta recorrer la pista sin pasarlo y jugarse el lanzamiento, con sus compañeros como actores de reparto desenchufados de la acción. El día que Doncic se apagó, no había plan b.

A esa decepción nacional ha seguido otro chasco en la NBA. Pese al refuerzo de Kyrie Irving, los Mavericks no pisaron los playoffs tras llegar a las finales de Conferencia el curso anterior, y hasta la Liga les multó con 750.00 dólares por dejarse perder ante los Bulls para mejorar sus opciones de cara al draft que decidía el futuro de la perla Wenbanyama.

La oportunidad de redención llega en un Mundial al que Doncic se presenta más fino físicamente. Un plan específico de preparación antes de concentrarse con Eslovenia (su entrenador en Dallas, Jason Kidd, le estuvo siguiendo en algunos entrenamientos), ha dejado ver un cuerpo más perfilado, en medio de ese eterno debate sobre su peso. Tras los Juegos Olímpicos de Tokio, Doncic volvió a la NBA con la báscula señalando los 120 kilos cuando su registro ideal ronda los 105. “Me relajé demasiado al tener tres semanas libres”, admitió. Su exquisita técnica, sin embargo, le ha lanzado a cifras sorprendentes. Por ejemplo, es el jugador con más puntos en la NBA en esta década, en una línea sucesoria que le entronca con LeBron James, Kobe Bryant, Karl Malone, Alex English, Kareem Abdul-Jabbar, Wilt Chamberlain y Dolph Schayes como los líderes de los periodos anteriores. Desde que aterrizó en 2018 procedente del Real Madrid, ha elevado su anotación en el torneo hasta los 10.011 puntos. Y los vídeos sobre sus canastas imposibles en los entrenamientos son un clásico de las redes sociales.

Esa estrella deslumbrante es la que aguarda Eslovenia, que debuta mañana ante Venezuela. En el grupo les acompañan Georgia y Cabo Verde, la modesta selección donde milita su amigo Edy Tavares. “Edy es espectacular como jugador y como persona”, le elogia Doncic; “no hay nadie con más impacto que él en la Euroliga. Será difícil defender e ir contra él en ataque. Ya le he dicho que nunca me ha puesto un tapón”.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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