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Miguel Galán, el azote de Rubiales

Una denuncia suya propició la caída de Villar, y ahora solicita la abstención de un miembro del TAD porque su tío es socio del asesor jurídico externo de la federación

Caso Rubiales
Miguel Galán, en la entrada de la escuela de entrenadores (Cenafe) que preside.Samuel Sánchez
Ladislao J. Moñino

Una denuncia de Miguel Galán en 2017 dirigida al Consejo Superior de Deportes (CSD) contra Ángel María Villar por vulnerar la neutralidad en el proceso electoral acabó con los 30 años del dirigente bilbaíno al frente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Este miércoles, el escrito de Galán dirigido al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) para que uno de sus siete miembros, Jaime Caravaca, se abstenga de participar en el proceso abierto a Luis Rubiales es su última acción emprendida para terminar con el mandato federativo del dirigente granadino.

Mientras, el TAD aún dirime si el beso a Jenni Hermoso es motivo para abrir expediente por falta “muy grave” a Rubiales, lo que posibilitaría que el Consejo Superior de Deportes, como la FIFA, también dicte una suspensión provisional. Si el llamado “pico” es considerado solo falta “grave”, el órgano presidido por Víctor Francos no podrá dictar la suspensión de Rubiales.

Propietario de la escuela de entrenadores Cenafe, Galán ahora denuncia que, como adelantó EL PAÍS, el cuestionado miembro del TAD es sobrino de Ramón Caravaca, asociado al despacho GC que dirige Tomás González Cueto, asesor legal externo de la federación y brazo armado jurídico de Rubiales.

A través de un comunicado, el sindicato de futbolistas (AFE) también solicitó la exclusión de Caravaca del proceso. González Cueto, junto al secretario general Andreu Camps, son dos de las figuras con más poder de decisión que continúan en la federación tras la suspensión provisional de tres meses que la FIFA ha impuesto a Rubiales. Los ceses de Camps y González Cueto serían un gesto que ayudaría a despejar las sospechas del Gobierno de que el presidente interino, Pedro Rocha, quiera de veras desmarcase de Rubiales, que fue quien le designó como su delfín.

La condición de vocal del TAD de Jaime Caravaca ha levantado las sospechas en Galán sobre la parcialidad del tribunal en su decisión sobre Rubiales. Por ello, ha emprendido esta última batalla jurídica. “Algunos me tachan de loco, pero acabé con Villar y haré lo mismo con Rubiales”, señala. Pero ¿quién es Miguel Galán?

“Pues es un entrenador que con 19 años, estando en el nivel tres del curso nacional que organiza la federación, fue invitado por el CSD a unas mesas sectoriales para ver qué pasaba con la formación de entrenadores de fútbol porque no se cosechaban éxitos. Me escogieron porque era el técnico más joven de la historia en llegar a ese nivel”, explica. “Después, el CSD decidió introducir las enseñanzas de entrenador de fútbol en el sistema educativo español. Así que monté un centro a través del Ministerio de Educación y la federación y sus territoriales no asumieron pacíficamente la ruptura del monopolio. Me convertí en un enemigo en cada territorio que abría una escuela de Cenafe. Tengo una en cada comunidad española, una en Estados Unidos y otra en China”.

Su empeño porque la federación convalide el título de su escuela con la licencia de entrenador UEFA Pro tiene tintes quijotescos. Sus innumerables denuncias contra Villar y Rubiales aún no han dado fruto en ese sentido, pero le han supuesto titulares de prensa en los que le apodan Querellator. “La Operación Soule, que fue el principio del fin de Villar, se inició por una denuncia mía en la Fiscalía y otra de Jorge Pérez, antiguo secretario general de la federación”, reivindica.

“Mis alumnos tienen el carné de entrenador, pero ni Villar ni Rubiales les han concedido la licencia para entrenar en el extranjero, aunque en España pueden hacerlo en todas las categorías. Por el Convenio de La Haya pueden dirigir en cualquier país, pero queremos la licencia UEFA, no solo para Cenafe, sino para todo aquel que monte una academia. Villar me la ofreció, pero solo para mi escuela y le dije que no. No quiero un monopolio para que los entrenadores que han pasado por Cenafe y para los que soy un héroe me vean como a un vendido. En cuanto convaliden la licencia UEFA Pro para todas las escuelas como la mía, Miguel Galán desaparecerá del mundo de la federación y sus presidentes”, asegura.

La causa abierta en los juzgados de Majadahonda contra Rubiales por una denuncia suya basada en los audios publicados por El Confidencial que revelan, entre otros asuntos escabrosos, cómo el dirigente granadino negoció con Gerard Piqué llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí tienen también en jaque al dirigente granadino. “Si el CSD hubiera mandado esa denuncia al TAD, Rubiales ya sería historia hace tiempo”, asegura. Kosmos, la empresa participada por Piqué, recibió 24 millones de euros de comisión cuya legalidad está siendo investigada.

El citado pleito abierto en Majadahonda ha provocado que Rubiales tenga a Galán en la amplia lista de los que apoda “satélites” al servicio de Javier Tebas, presidente de LaLiga. Galán lo niega. “Tebas no me apoyó cuando yo me presenté como candidato a las elecciones de 2018 que ganó Rubiales. Prefirió apostar por Juan Luis Larrea. Eso sí, los enemigos de mis enemigos son mis amigos. Eso no quiere decir que yo sea un hombre de Tebas”, defiende. “Que alguien diga o demuestre que yo o Cenafe hemos recibido un solo duro de LaLiga o de Tebas”, abunda.

El alto coste de tantos pleitos jurídicos contra Villar y Rubiales también generan la sospecha de que LaLiga le financia. “He gastado mucho dinero, pero facturo todos los años un millón de euros con Cenafe. Soy administrador único, las cuentas son públicas y se pueden comprobar. Gano unos 400.000 euros y tengo posibilidades económicas para hacer lo que estoy haciendo. Unos prefieren callar, yo he elegido luchar”.

Esa lucha, según él, le ha deparado episodios de novela negra. “He sufrido espionaje por parte de detectives privados, amenazas de muerte y han entrado en mi casa para intentar robar documentos. No le tengo miedo a nada ni a nadie”, dice desafiante. Galán no parece dispuesto a abandonar su guerra jurídica hasta que no logre el objetivo que pretende para Cenafe. “Cuando alguien no quiere dialogar, no te queda otra que ir a la justicia. Me ampara la Constitución, artículo 24, tutela judicial efectiva se llama”. Fue el azote de Villar y se ha erigido también en el azote de Rubiales.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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