Cinco meses después, Alcaraz aterriza en otra final
El número dos desborda a Zapata (doble 6-2) y chocará este domingo con Norrie (20.00) en busca de su primer título del año y el primero desde septiembre
En un intervalo de solo cinco días, después de 102 en la reserva y 161 desde la última final que disputó, aquella que le condujo a la historia y al trono en Nueva York en septiembre, el instinto competitivo de Carlos Alcaraz (doble 6-2 a Bernabé Zapata) ha recuperado la forma y el murciano vuelve a estar a un solo paso de obtener un nuevo trofeo. Sería el séptimo de su breve recorrido en la élite, el primero de este año en su primera aparición. Ya se sabe: no es chico de medias tintas. Completada la semana en Buenos Aires, solo el británico Cameron Norrie (7-6(5) y 7-4 a Juan Pablo Varillas) puede frenar al número dos, que en apenas tres partidos ya ha enseñado los colmillos e irrumpirá en la final de este domingo (20.00, Movistar) como un rayo.
Más allá del set que le arañó Laslo Djere en el estreno y de un par de momentos puntuales en los que perdió un punto de filo, Alcaraz se rearma, gana tono y desprende muy buenas sensaciones día tras día. De menos a más, se corrigió con autoridad ante el serbio y en las dos siguientes citas –el viernes contra el veterano Dusan Lajovic y este sábado contra Zapata– fue afinando los golpes para destapar poco a poco esa versión tan arrolladora y seductora. Hoy día no hay, probablemente, tenista más veloz ni que le pegue más duro a la bola que él, el jovencito de 19 años (20 el 5 de mayo) que hace pequeños a los mayores y que casi todo lo hace bien; tan buena es su derecha como su revés, su servicio como sus martillazos y sus maniobras como su aceleración. Difícil escoger.
En la semifinal, resuelta en 1h 15m, a Zapata se le escapaba la risilla floja porque lo probó de todas las maneras y apenas pudo hacerle cosquillas. El valenciano, un trabajador que a sus 26 años ha conseguido asentarse entre los 100 mejores del circuito –es el 74º, con el puesto 72º como techo– y que progresa en busca de otro estirón en el ranking, se topó con la altísima cilindrada del murciano, que devolvía la pelota por más escorada que estuviera. Serio en el primer parcial, muy superior sin la necesidad de incrementar la marcha y a pesar de cometer varios errores no forzados fruto del riesgo, disfrutó y jugueteó en el segundo para redondear una victoria que le deposita enfrente de Norrie, con el que ha hecho buenas migas y al que ha derrotado ya tres veces en cuatro duelos.
“Soy de los que piensan que las finales no se juegan; las finales se ganan”, antepone Alcaraz. No obstante, la última vez que se cruzaron –Cincinnati, la temporada pasada– se impuso el zurdo, cada vez más hecho y mejor tenista, instalado a sus 27 años en el duodécimo peldaño del listado y que empieza a asomarse con frecuencia en las estaciones finales de los torneos. Será la decimotercera para él, campeón hace dos años en Indian Wells, una vez sobre arena (Lyon 2022).
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— ATP Tour (@atptour) February 18, 2023
En cualquier caso, si alguien parte como favorito es Alcaraz, presente en su novena final ATP, la séptima sobre arcilla. Pese a que alcanzase la gloria en el cemento neoyorquino, su trazado subraya a un competidor de pura raza sobre arcilla. Triunfó en Umag (2021), después en Río, luego Barcelona y más tarde en Madrid; aspira ahora a hacerlo en Buenos Aires, donde se convertiría en el séptimo español en conseguirlo tras las huellas dejadas por Carlos Moyá (2003 y 2006), Tommy Robredo (2009), Juan Carlos Ferrero (2010), Nicolás Almagro (2011), David Ferrer (2012, 2013 y 2014) y Rafael Nadal (2015).
“Es un rival muy duro”, se refirió a Norrie. “Creo que va a ser una final dura, pero a la vez bonita”, vaticinó. “Es un momento especial para mí. He sufrido durante los últimos cuatro meses; estaba un poco bajo de moral después de la última lesión, así que intenté recuperar la confianza y el ritmo. Volver a un final en mi primer torneo es importante. Cuando disfruto es cuando saco mi mejor nivel”, zanjó el de El Palmar, concienciado para dar otro zarpazo a las primeras de cambio.
SWIATEK REVALIDA EL TÍTULO EN DOHA
Iga Swiatek se proclamó campeona en Doha tras imponerse en la final a la estadounidense Jessica Pegula por 6-3 y 6-0. De esta forma, la número uno revalidó el título obtenido hace un año (WTA 500) y selló este último éxito de modo exprés: 178 minutos sobre la pista, solo cinco juegos cedidos en los tres partidos disputados. A continuación, la de Varsovia se desplazará a Dubái.
Por otra parte, Daniil Medvedev y Jannik Sinner se citaron en la final de Róterdam tras deshacerse de Grigor Dimitrov (6-1 y 6-2) y Tallon Griekspoor (7-5 y 7-6(5) respectivamente. El ruso reaparecerá el lunes entre los 10 mejores y en caso de triunfar, el italiano obtendría el mejor ranking de su carrera al ascender a la octava posición.
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